miércoles, 25 de febrero de 2009

75 años y unos días...

XXXVII

FUE cuando en tierra nuestra
se enterraron
las cruces, se gastaron
inválidas, profesionales.
Llegó el dólar de dientes agresivos
a morder territorio,
en la gargana pastoril de América.
Agarró Panamá con fauces duras,
hundió en la tierra fresca sus colmillos,
chapoteó en barro, whisky, sangre,
y juró un presidente con levita:
"Sea con nosotros el soborno
de cada día".
LUEGO, llegó el acero,
y el canal dividió las residencias,
aquí los amos, allí la servidumbre.

Corrieron hacia Nicaragua.

Bajaron vestidos de blanco,
tirando dólares y tiros.

Pero allí surgió un capitán
que dijo: "No, aquí no pones
tus concesiones, tu botella".
Le prometieron un retrato
del Presidente con guantes,
banda terciada y zapatitos
de charol recién adquiridos.
Sandino se quitó las botas,
se hundió en los trémulos pantanos,
se terció la banda mojada
de la libertad en la selva,
y, tiro a tiro, respondió
a los "civilizadores".

La furia norteamericana
fue indecible: documentados
embajadores convencieron
al mundo que su amor era
Nicaragua, que alguna vez
el orden debía llegar
a sus entrañas soñolientas.

Sandino colgó a los intrusos.

Los héroes de Wall Street
fueron comidos por la ciénaga,
un relámpago los mataba,
más de un machete los seguía,
una soga los despertaba
como una serpiente en la noche,
y colgando de un árbol eran
acarreados lentamente
por coleópteros azules
y enredaderas devorantes.

Sandino estaba en silencio,
en la Plaza del Pueblo, en todas
partes estaba Sandino,
matando norteamericanos,
ajusticiando invasores.
Y cuando vino la aviación,
la ofensiva de los ejércitos
acorazados, la incisión
de aplastadores poderíos,
Sandino, con sus guerrilleros,
como un espectro de la selva,
era un árbol que se enroscaba
o una tortuga que dormía
o un río que se deslizaba.
Pero árbol, tortuga, corriente
fueron la muerte vengadora,
fueron sistemas de la selva,
mortales síntomas de araña.

(EN 1948
un guerrillero
de Grecia, columna de Esparta,
fue la urna de luz atacada
por los mercenarios del dólar.
Desde los montes echó fuego
sobre los pulpos de Chicago,
y como Sandino, el valiente
de Nicaragua, fue llamado
"bandolero de las montañas".)

Pero cuando fuego, sangre
y dólar no destruyeron
la torre altiva de Sandino,
los guerreros de Wall Street
hicieron la paz, invitaron
a celebrarla al guerrillero,

y un traidor recién alquilado

le disparó su carabina.

Se llama Somoza. Hasta hoy
está reinando en Nicaragua:
los treinta dólares crecieron
y aumentaron en su barriga.

Ésta es la historia de Sandino,
capitán de Nicaragua,
encarnación desgarradora
de nuestra arena traicionada,
dividida y acometida,
martirizada y saqueada.

Pablo Neruda, Canto General.

miércoles, 11 de febrero de 2009

apenas 25 años...

No recuerdo qué hacía yo en 1984, ni cuántos años tenía, tal vez diez... ni siquiera me preocupaba por leer. Aún hoy me preocupo poco por esos menesteres de la lectura porque esa labor dejó de ser una preocupación para convertirse en una dicha enorme, en dulzura y amargura que acepto sin reparos. Ya no tengo diez años, no es el ochenta y cuatro. Veinticinco años han pasado desde esa fecha y él ya no está desde entonces. Yo me enteré de sus letras cuando la curiosidad me puso en las manos aquel tomito de una colección de libros de la biblioteca básica Salvat... "la isla a medio día y otros relatos", su autor no tendría rostro ni historia para mi hasta tiempo después.
He rondado por sus libros desde entonces y he querido y he odiado sus letras.
Hoy me invade un miedo sagrado y no mencionaré su nombre... pero haré de esto un homenaje a ese gigante que me ha mostrado palabras intensas, mitología moderna:

"EL NIÑO BUENO

No sabré desatarme los zapatos y dejar que la ciudad me muerda los pies
no me emborracharé bajo los puentes, no cometeré faltas de estilo.
Acepto este destino de camisas planchadas,
llego a tiempo a los cines, cedo mi asiento a las señoras.
El largo desarreglo de los sentidos me va mal.
Opto por el dentífrico y las toallas. Me vacuno.
Mira qué pobre amante, incapaz de meterse en una fuente
para traerte un pescadito rojo
bajo la rabia de gendarmes y niñeras.


LOS AMIGOS

En el tabaco, en el café, en el vino,
al borde de la noche se levantan
como esas voces que a lo lejos cantan
sin que se sepa qué, por el camino.

Livianamente hermanos del destino,
dióscuros, sombras pálidas, me espantan
las moscas de los hábitos, me aguantan
que siga a flote entre tanto remolino.

Los muertos hablan más pero al oído,
y los vivos son mano tibia y techo,
suma de lo ganado y lo perdido.

Así un día en la barca de la sombra,
de tanta ausencia abrigará mi pecho
esta antigua ternura que los nombra".


***
Sea entonces, está dicho.

Guatemala, 12 de febrero de 2009.

domingo, 8 de febrero de 2009

Iztapa...

Verán... creo que buena parte de lo que resta de este año la pasaremos trabajando en Iztapa, municipio de Escuintla, vecino cercano del tumultuoso y exasperante Puerto San José.
Explicaba en un post anterior que visitamos algunas comunidades de este municipio el pasado 31 de enero.
Esas comunidades, 3 en total y para ser más exactos, se llaman El Chile, El Wiscoyol 1 y El Wiscoyol 2.
Para llegar a esas comunidades hay que cruzar un río. El puente todavía no existe. Hay unos pilotes en su margen derecha, pero ninguna señal que pronto sea continuada su construcción. Así, hay que subir los carros a un lanchón (un ferry), que entre quejidos de su pequeño motor ayuda a salvar la distancia entre margen y margen del río, entre Las Morenas y Atitán. Serán unos 50 metros los que tiene de ancho el cauce... pero son 50 metros que muestran las dificultades que estas comunidades tienen que afrontar todos los días. Y, siendo zona de inundaciones durante el invierno, pues habrán de imaginarse lo difícil que será evacuarlos, llevarles ayuda, saber cómo se encuentran.
Se sabe que hay una entrada por tierra... pero esta pasa por los terrenos que las cañeras siembran y para poder utilizarla hay que pedir un permiso que no siempre es dado, una respuesta que no siempre es afirmativa.
Podría contar muchas cosas más sobre estas tierras, sobre los rostros de la gente que habita estas comunidades, sobre los cañeros, sobre las inundaciones... podría hacerlo, pero quiero que hagamos un pacto y me pregunten todo lo que quieran saber, yo, gustoso, contestaré.

viernes, 6 de febrero de 2009

Con que así es la cosa...

En Puerto San José tenemos ya un lugar nuevo para la oficina. Es amplio, más seguro. Llegamos el 31 de enero con la intención de luego salir de allí para visitar 3 comunidades en Iztapa (ya hablaré de eso en un rato). Eran las 8 y tantos de la mañana cuando llegamos a la oficina y, estando en el patio, me llamó la atención ver mucha ceniza y restos de plantas quemadas.
La novedad de la visión duró un rato nada más. Luego recordé un viaje que hicimos hace años con mis hermanos y mi papá para visitar una finca en Siquinalá donde nos invitaron a jugar volley ball. Esa finca estaba en medio de plantaciones de mango y té de limón. Salimos de esa finca no sé para qué cosas y viajamos al centro de La Democracia, municipio también de Escuintla. Ibamos en un picop y yo viajaba en la palangana de tal. Y era tiempo de zafra y estaban quemando los enormes campos que se siembran con caña de azucar. En el aire volaban cenizas y plantas quemadas, la espesa nube de humo era irrespirable. Todo esto viene al caso porque la primera zafra de este año es lo que puso ceniza en el patio de la oficina... el ambiente se hace más caliente todavía, se siente el olor de humo y chamusquina.
Veníamos ya de regreso a la capital cuando Danilo observó esta escena que adjunto en fotografía tomada por Fernando. El señor que va a la izquierda lleva un tambo con gasolina, la punta de la vara que lleva en la mano derecha está prendida en llamas y con eso prende el rastrojo seco. Esto es la zafra. Esto sucede por lo menos dos veces al año. Esto sucede todos los años. Así es la cosa. ¿Tienen algo que decir a su favor o en su contra?