viernes, 31 de diciembre de 2010

Camino 30

Volcanes Fuego y Acatenango. Autopista Palín-Escuintla.

Pasa el tiempo y cada uno de nosotros va buscando tiempo, viviéndolo, sintiendo que las prisas y las rutinas dejan todo a un lado. Será este el segundo año que aprovechamos los últimos días del mes de diciembre para escapar rumbo a un volcán. El año anterior el anzuelo fue la nevada en Tajumulco. Esta vez pensamos en algunas rutas para poder usar el tiempo: un par de días para recorrer la costa, un par de sitios arqueológicos y un volcán.

Carretera a Finca El Baúl. Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla.

Entonces, la ruta quedó así: Ruta CA-2 (la que cruza la boca costa de centro a occidente), parar en la Finca El Baúl, Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla y visitar su museo. De ahí hasta El Asintal, Retalhuleu: Takalik Ab'aj para luego ir a Quetzaltenango a subir el Volcán Chikabal.

Estela de la cultura Cotzumalguapa. Museo Finca El Baúl. Sta. Lucía Cotzumalguapa, Escuintla.

La historia de El Baúl es parte del lavado de conciencia de los finqueros de la costa sur del país. Un montón de piezas arqueológicas en medio de sus tierras, piezas que no pueden vender y que no las quieren de todos modos. Así que las juntan en un pedazo de tierra y las exhiben. Por lo menos no cobran la entrada y parece que están bien cuidadas. Todas las piezas son de piedra, parte de la cultura Cotzumalguapa y de tres sitios distintos: El Baúl, Bilbao y El Castillo.

Y del pasado o del presente van quedando imágenes, puestas en práctica, olvidos y despistes. Reconocer ahora tantas cosas que nos parecen evidentes, que damos por sentadas y de pronto darnos cuenta que estamos frente a la imágen verdadera, frente a la que generó sueños.

Guatemala, 28 y 29 de diciembre de 2010.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Por que así debe ser...

Una posición privilegiada en relación al resto de la concurrencia al espectáculo. A la mano y a sus ordenes todo el arsenal para que los del escenario suenen bien y se sientan cómodos, amparados en su condición de observados, escuchados, ignorados.
Deletrear para vos una serie de palabras que se van volviendo cátedra mientras se construye la noche, mientras tu mera presencia es aceptada y convertida en ignorancia pasajera y en confianza que te llena de frases nuevas y de práctica al fin.
Dos maestros tuve y dos maestros tengo en eso de hacer sonar bien al prójimo: Hugo y el Pantera. Hugo es un fantasma que apareció hace poco en una pesadilla mutua y me dejó sonrisas y apretones de mano que rememoran el pasado de cigarrillos, banco a su lado y café para pasar la espera y la noche, además de sus consejos y sus críticas para que nosotros, los músicos que fuimos, sonáramos bien.
Hoy me enteré que el Pantera, mi mayor maestro, el de la paciencia eterna, el del a veces y siempre, el que me dijo que un músico debe ser también sonidista, falleció por enfermedad. Mi tristeza es extraña, sé que nunca le agradecí por sus palabras y su cortesía... hoy poco importa ya. El Ronito dijo que iba al velorio y quise decirle que lo acompañaría pero no pude levantar la voz. Creo que no bastaba con ir allí donde él ya no está.
Se me juntan las muertes. Espero que la vida triunfe.