miércoles, 30 de diciembre de 2009

Son los sueños, todavía.

-¿Sientes el silencio?-dijo la voz.
-No, el cansancio es demasiado ruidoso -contesté.

La ladera no es muy empinada en realidad, la hace difícil de andar el mal estado físico de quien estas líneas suscribe. El volcán es el Tajumulco, coloso mayor de Guatemala y de Centroamérica, ubicado en el departamento de San Marcos, municipio de Tajumulco (4,220 msnm). Víctima de una nevada, broma de mal gusto del clima, curiosidad caza bobos que nos llevó (junto a cientos, que no miles), a "ver la nieve" y a sentir que, de una vez por todas, le pagaríamos a Guillermo la deuda pendiente desde hace tantos años. Y sí, Guillermo fue el que convocó y, con él íbamos Edgar, Giovanni, Roberto, Julio Roberto, Jay, Pepe y yo.

Descansar y más descansar. Tomar fotos y asombrarse cada vez menos de la cercanía del cono principal del volcán. Las planicies entre pinares me reconfortaban de ese desalentador trajín de ser el último de la colada y no ver para cuándo la cima. Creo que ya se habían cumplido diez años de mi primer ascenso a este volcán. No culpo al tiempo de lo desubicado y extraviado del viaje... total, subimos en el pick up y, a pesar del timo del precio, nos pusimos en ruta y la ruta se movía solita. En la foto: Guillermo revisa las fotos de su cámara, Giovanní lo observa y Jay regresa para quién sabe qué. Atrás de Jay se ve a Julio Roberto con la chumpa en la cabeza. Al extremo derecho de la foto se ve el brazo de Edgar. Y, por supuesto, al fondo absoluto de la foto, la blanca cumbre del Tajumulco.

En la foto, apenas visible, Guillermo camina hacia el tercer pinar. El paisaje se vuelve más escabroso, más de páramo. Los pinos enanos empiezan a ser protagonistas de las laderas. El sube y baja de los cerritos es monótono.

Roberto tuvo que conciliar sus labores de tío y padre y quedarse en "la Olla", punto al píe del cono principal donde, normalmente, se ponen las carpas, se hace campamento. Edgar había desaparecido desde hacía una hora o más y a través del celular sabíamos que ya se encontraba en la cumbre absoluta. Decidimos alcanzarlo y coronar el volcán, íbamos: Giovanni, Pepe, Guillermo y yo. Acá se empezaba a ver de veras eso que fue nieve y que el sol ya empezaba a derretir. Aun así, es difícil pensar que esa escena se volverá a repetir pronto. En la foto: Pepe y Guillermo.

La cumbre absoluta del volcán está bifurcada en tres sub cumbres. En la foto Guillermo sube en el collado entre la primera y la tercera cumbre.

Subiendo a la segunda cumbre, la que da a la cara sur-este del volcán. En la foto Pepe.

Ya en la cumbre sur-este. Pepe en la foto y al fondo el volcán Tacaná, frontera de Guatemala con México.

Cráter del volcán Tajumulco. Mide unos 70 metros de diámetro y unos 50 ó 60 metros de profundidad, está ubicado entre las cumbres noreste y sureste del volcán. Al fondo, debajo de las nubes, se debería ver la costa sur y el mar.

Torre de triangulación del instituto Geodésico internacional. Al fondo las serranías del norte de San Marcos.

Vista del volcán Tacaná en el descenso del volcán... ¿importa decir más?

"...son los sueños todavía,
los que tiran de la gente
como un imán que los une cada día.
No se trata de molinos,
no se trata de Quijotes.
algo se templa en el alma de los hombres
una virtud que se elva por encima de los
títulos y nombres..."

Gerardo Alfonso.

Hermanos

Oscar, ego et Fernando. Hermanos, brazo armado de la familia.

Isla de Flores

Más que aburridos, estábamos hastiados de lidiar con esa gente. La solución momentánea fue subirse en el murito que divide los patios de aula de la escuela tipo Federación de Santa Elena y tomar esta foto. Al fondo, flotando sus luces en el lago Petén Iztá está la Isla de Flores. ¿Cómo es la isla? Mejor visítela y me cuenta.

Camino 30

Hace poco viajamos con calma y con prisa a El Petén. Lejano departamento que pocas veces hemos visitado y que tanto llama la atención. En el camino (más bien, empezando el camino), vimos ese rótulo y Pancho no quedó indemne: Su pueblo suyo de su propiedad señalado en la CPR-3.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Río de Lava

Giovanni y Edgar bajan por una senda que no existe. El río de lava fría no deja espacio para equivocarse, cada paso debe ser meditado. Se escucha el crujir de vidrio roto con cada trecho que se avanza.
Y ya son años (¡quién lo diría!) que este río brotó. Rompió la ladera norte de las faldas del cono principal del Pacaya y brindó un espectáculo que muchos llegaron a ver, especialmente de noche. Fue bueno y fue malo: mostró a muchos la existencia de este lugar pero ha convertido la paz y tranquilidad que recordábamos en un circo que poco tiene ya de sano. "Ustedes son de la vieja escuela" dijo el guardarecursos que me conoce y con el que hablamos ese día... y es así... nosotros no subimos el volcán por los ríos de lava sino por... por... pues "porque está ahí " (como dirían los alpinistas pioneros e iniciáticos).
El viento es el mismo, los olores, la magia...

Laguna de Calderas.

De aquellos viajes de hace más de una década, conservo la imágen clara y potente de un descenso a un acuático paraíso-infierno. Subir a lo alto de un cerro para luego, entre rastrojos de milpa, llegar a la orilla de la laguna que se adivina en la foto.
Roberto, Edgar y yo. Trío empecinado en hacer y deshacer caminos. "Sucios y locos" emprendimos camino de vuelta a casa sin medir las consecuencias de un desvío y de un malentendido. Queríamos llegar a Amatitlán y llegamos a Calderas. En el descenso me quemé las manos con Chichicaste y pude poner en práctica un viejo consejo, una cura que cada vez es más difícil de trasladar, de compartir.
Pero decía, llegamos a la laguna, nos refrescamos en ella y preguntamos cómo salir del lugar para llegar a Amatitlán y desde allí a Guatemala... nos dieron un consejo: subir el cerro que aparece al fondo de la foto que presento, entonces estaríamos ya en Amatitlán... lo que no medimos fue el tamaño del municipio de marras y la enorme distancia que nos separaba del lago. De Calderas llegamos a San Antonio el Pepinal y de ahí a Llano de Ánimas... carretera polvorienta que no dejaba avanzar casi nada (aprendimos también a hacer la conversión de leguas a kilómetros, ya que cada vez que preguntábamos nos respondían dando la distancia en la primera medida dejándonos igual de ignorantes, cual si no hubiéramos preguntado nada).
Llegamos al fin a Amatitlán en la palangana de un pick up... recuerdo las palabras de Roberto: "ni se les ocurra preguntar 'cuánto es', que no tenemos pisto"... y era cierto: para ese viaje yo llevaba nada más cinco pesos y los demás por el estilo... eran tiempos de salir y ser, el dinero servía pero no importaba, ya otra vez, en otro volcán, bailó en nuestra mente la idea de usar los billetes que teníamos en las bolsas para prender fuego...
Qué se yo... divago...
Calderas está ahí y me mira con su verde ojo.

Confusión...

Playa de Champerico, Retalhuleu, Guatemala.

Rompen las olas en las dunas grises, en los negros médanos. El sueño aquel de las playas del mar que es el mismo en todos los lugares ya es confusión.
"Todas las playas son la misma playa", me decía. No lograba hacer distinción entre Monterico, San José, Iztapa, Las Lisas o Champerico. Todas me parecían una misma, un deleite de violencia e infinitos que se abrazaban.
Luego fue el Mediteráneo desde la Barceloneta y todo cambió. Los sueños allá fueron distintos y nada era comparable con esto que a mis ojos volvía desde las palabras que me daba, las que resguardaban mi deseo de volver.
Y vuelvo, confuso, hasta esos días de sol abrazador, hasta las manos que me mostraron que la sal y las risas pueden más que los deseos truncos o las miradas que cantan un repentino adios.
No recuerdo ya el tono de tu voz, las inflexiones de tus palabras. Apenas podría adivinar algo que tú podrías decir y que te identifique y te haga única.
Desde la confusión, desde las playas que son la misma playa, va llegando el olvido.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Adocenada.

Con la Zenith 135, de la que tanto he hablado, con la Cannon AE1 Program, con esas cámaras es seguro que hice, hicimos, esta foto varias veces. Desde el camino que va de San Vicente Pacaya a San Francisco de Sales, desde la cumbre del Cerro Chino, desde la cumbre del mismísimo volcán de Pacaya.
La vista es espléndida: Los volcanes de Agua, Acatenango y Fuego deslizan sus mantos hacia el sur del país. Se vuelcan sobre las costas con su perenne ciclo de vida y muerte, de aguas vitales, de inundaciones brutales. De píe en las faldas del Pacaya todo parece normal hasta que una explosión desde el cráter del coloso o el calor de sus ríos de lava nos recuerdan lo mísero de nuestras cuitas, lo calamitoso de ser humano.
Adocenada es, entonces, la foto que presento. Pero vale por las palabras que no puedo expresar con la coherencia que la imagen merece.

El vacío...

Estela-Monolito en Quiriguá, Izabal, Guatemala.

Desde el pasado y muy en el presente me miran sus ojos. Reclaman algo que, estoy seguro, yo no puedo darle. El vacío, el pasado rematan sus gestos. Pero, aun y contra el tiempo, es necesario alzar la vista para perderse en su inmortalidad.
El peso de sus sueños ya no lo abruma. Ni siquiera es plausible arremeter contra su grandeza o su actuar. Su perdido nombre, sus manos sin gestos, no lo dañan.
Y está ahora en ese limbo precioso que nada dice, que nada teme. Piedra firme, delirio, designio, pureza y fin.

domingo, 29 de noviembre de 2009

"Que veinte años no es nada..."

Esta foto me provoca sentimientos encontrados... alegría, tristeza...
Hoy he podido platicar con mi madre, con mi padre sobre las circunstancias que motivaron ese viaje. Ya eramos una familia numerosa, esto sucedió hace más de 30 años.
En la foto, atrás, de izquierda a derecha: Mi padre (Alejandro), mi madre (Clara) y mi hermana (Amparo).
Al frente, también de izquierda a derecha, mis hermanos y yo: Fernando, Oscar, yo y Luis.

Y, treintitantos años después, ese soy yo frente al mismo templo.
Pero no me engaño: ya no soy el mismo.

Chikabal ( y II ).

Volcanes Tajumulco y Tacaná vistos desde el volcán Chikabal:

Quiéreme tierra,
siembra tus encinos
en la palma de mi mano.
Tus aguas serán
el destino perfecto,
sus colores darán
refugio a mis
cansados ojos.
Y el descanso,
el sueño,
saciarán su osadía
en los colores nuevos
que constuiremos juntos.
Tierra:
soy tuyo.

Noviembre de 2009.

Chikabal ( I ).

"Corrían los días de a fines de guerra,
había un soldado regresando intacto:

Intacto del frío mortal de la tierra,

intacto de flores de amor en su cuarto..."
Gaviota, Silvio Rodríguez.


En la foto: Roberto, Ricardo, Edgar y yo. Año de 1997.
Universitarios todavía. Nos gustaba planear y planear las salidas a los volcanes. Con Roberto nos íbamos a la biblioteca de la facultad de Agronomía a ver los mapas en escala 1:50,000 donde apareciera algo que se aproximara a una ruta de ascenso al volcán elegido. No entiendo por qué o cómo elegíamos los objetivos. De Chikabal, supongo, fue por la laguna mítica que tiene en su cráter. Vimos esos mapas viejos, sacamos notas, repartimos responsabilidades (agua, comida, fuego, linternas, cámara fotográfica) y nos fuimos.
Aventurar.
Salimos de Guatemala rumbo a Quetzaltenango, unos 200 kilómetros de camino. Llegamos de noche y dormimos en un hotel bien acondicionado ("El Peregrino", si mal no recuerdo). Al día siguiente salimos hacia la terminal y tomamos el bus que baja a la costa por la ruta que conduce a Costa Cuca.
Le pedimos al ayudante del bus que nos dejara en la entrada de la ruta de ascenso al volcán, en San Martín Sacatepéquez y, el muy despistado, nos falló. Una aldea pequeña que se llama "Las Nubes" fue nuestro punto de inicio.

Cruzamos la aldea entre el ladrido y los arrebatos de los perros. Preguntamos por el volcán y, tímidamente, nos dieron respuestas señalando el coloso. Tuvimos que meternos en un zanjón que adivinamos como lecho de río seco, o bajada de agua en tiempo de lluvia. Difícil a más no poder. Luego entendimos que estábamos haciendo el camino por la cara sur: la ruta entre campos sembrados de papa y camote, maíz y frijol.
Encontramos a un campesino con sus hijos, cargados de leña y costales de papa. Los costales eran más grandes y más pesados que los niños. Nos detuvimos, les dimos agua de nuestras cantimploras.
Pasando un tupido matorral de caña de castilla aparecía la apetecida cumbre. Yo fui el último en llegar ahí. Los rostros de ellos, de mis hermanos, emanaban felicidad.
Llegar y ver: bastan los ojos para sentir.

Lo llevo en la sangre.

El tercero, de izquierda a derecha, es mi padre, Alejandro. El lugar es la cumbre del volcán Acatenango (que yo he mencionado en varios posts de este blog).
Hoy me enteré que esta salida de mi papá fue justo el año que yo nací... es decir, hace más de 35 años de esto...
En las fotos también aparecen el doctor Del Valle, Luis Rosito y mi tío Porfirio...

Veo y re contra veo las fotos y me doy cuenta que está grabada en mi subconsciente, que son las fotos que acompañaron mi infancia y que me provocaban dibujar volcanes y buscar verlos y añorar subirlos...
...subirlos como lo hizo mi padre.

Gorilas en la Niebla

¡Qué lindo era tener cámara fotográfica en aquellos tiempos de torpe juventud! Tener esa 135 reflex que tantas batallas peleó junto a nosotros y que tantas fotos nos regaló aun y con la desventaja de nuestra poca pericia en su uso.
La foto pertenece a la mítica salida de una Semana Santa memorable allá por el año de 1995 (¡catorce años de eso!). Esa vez hicimos la doble: Acatenango y Fuego en el mismo viaje.
En el camino hicimos unas fotos que dimos en llamar de la forma que titulo este post. Años después quisimos volver a encontrar esos árboles, esos bejucos... labor que, ahora, ha de ser imposible. La deforestación también ha llegado a más de 2,500 metros sobre el nivel del mar...
Edgar y yo sonreimos en la foto. El recuerdo basta y sobra.

Noviembre otra vez...

...que se acaba y no escribo en este mes... poco importa.
Lo que importa es que logré que mi escaner volviera a funcionar. Inauguro esta vuelta a la vida con esta foto de tiempos lejanos y más o menos ingénuos:
Milvia, Gustavito, la Bodeguita del Centro, Lectura de poesía y presentación del libro "Abrir la Puerta" de Nora Murillo... ¿hace cuánto? no recuerdo.
¿Cuántos nombres, cuánta memoria más levantará una simple foto?

lunes, 19 de octubre de 2009

¡Éepaaaa!

Recuerdo muy bien que, una de las primeras veces que lo vi, me llamó la atención una senda hebilla que usa en su cinturón: Hebilla de montador de jaripeo... Juzgón, como dicen que soy, le pregunté si era de algún jaripeo donde él hubiera participado y se rió, se puso rojo y dijo que no, que la hebilla ya venía con el cinturón y que a él le gustaba.
Nacido en Jocotán pero vecino de Camotán, Marlón (así dice que se llama el cartelito que lleva en el pecho) es parte de ese grupo de amigos nuevos, de compañeros del Dispensario Bethania. Su buen humor y su conversación fácil son tanto o más agradables que su habilidad para contar chistes y anécdotas. Una anécdota de esas es la de su nacimiento en ese dispensario donde ahora trabaja. Él nos lo contó a Chepón y a mi y luego usé esa información durante una conversación con el doctor Carlos:
-Deberían de ponerle a esta sala una placa que diga: "Sala Marlon Salazar", porque dice él que aquí nació -dije yo.
-Si, es cierto, aquí nació... y todavía debe lo del parto -contestó el doctor y espantó a los pájaros con su carcajada.

Sinvergüenza

"-Te llamaba nada más para saber si me puedo comer el pan con jamón que Giovanni trajo y... como vos no estás y Giovanni insiste que el pan es tuyo... pues me dio pena y... eso... quiero saber si me das permiso para comerme el pan...
-¡Vos, el mayor de los sinvergüenzas, te através a preguntar si te podés comer el pan..!"

La conversación fue más o menos como la transcribo (al menos mi memoria así la recuerda o así quiere recordarla)... hablaba con Guillermo desde una tiendecita en la salida de la aldea Concepción El Cedro en San Vicente Pacaya... eso fue el domingo pasado y se relaciona con la foto anterior y con lo que escribo sobre la salida que hicimos para subir el volcán de marras. Apenas cabe decir que, durante la conversación, ambos no parábamos de reír y que eso se hizo contagioso y la señora que atendía la tienda nos miraba entre divertida y asombrada de esos bichos raros...
Y eso.. lo de "sinvergüenza" me hizo recordar que "yo también padecí de esos dolores", que fui, junto a Guillermo un Sinvergüenza y que, con él, grabamos un disco demo hace ya tres años (en noviembre próximo se cumplen).
La foto es de ese año, del 2006, grabamos en el estudio de Rafaél Lau, en directo, sin cortes mayores, casi un concierto grabado. No hubo muchos testigos de ese momento... Pepe Orozco, la mamá de Ma' Lu', Chava... hermanados y presagiando el fin inminente de una etapa que todavía siento mía, que todavía me hace volver la vista atrás y agradecer infinitamente la experiencia de, al menos una vez en mi vida, grabar un disco.

Siempre...

La foto, ensayada y repetida un par de veces, corresponde a una salida reciente: la fecha que la cámara digital coloca en automático no me deja mentir. Un domingo que pudo ser cualquier domingo se convirtió en un retorno al sueño compartido pero intransferible de subir volcanes.
El lugar: Volcán de Pacaya (2, 225 mts SNM), ubicado entre los departamentos de Guatemala y Escuintla. Los involucrados: Giovanni, Edgar y quien suscribe éstas líneas.
Y, claro, la foto nos capta (a Giovanni y a mi) señalando el punto donde inició la caminata: San Vicente Pacaya, a unos 4 kilómetros de distancia de donde, casi en derrota, nos encontrábamos ya.
No hace falta mucho para poder subir y ver, para recordar, para sentir el frío del viento que presagia nuestro invierno seco, no hace falta que se abran las compuertas de la noche. Ser y ver es la ecuación de lo simple. La complicidad de viejos amigos, la tecnología que nos pone cercanos de los que no pudieron ir (llamar por celular a Guillermo y a Roberto) y contarles que la felicidad es apenas eso y nada más.
Los pasos cansados (la juventud se va sin más), las palabras que bordan pláticas que tienen dejos de novedad y de remembranza: eso es todo.
Señalar ese lugar posible de donde surgen los caminos que apenas nos perdonan.

domingo, 11 de octubre de 2009

En Occidente

Recorrer Xela es perderse en una mezcla inexacta de sueño y pesadilla. En cada rincón aparece un recuerdo, una mano que ya no saluda, un paso que no tendrá ya una copia o un imitador. Las cumbres de los volcanes se burlan de mis píes, de mis ojos, las paredes de las casas apenas pueden contener mi arremetida de pavor, de admiración.
Villa Lesbia está cerca de la estación de la Alamo, mejor dicho, frente a ella. Es un caserón de estilo inexacto y de fecha de construcción equívoca. Saben algunos que eran alemanes los dueños originales y que la vendieron "a un precio risible, casi regalada" a la iglesia católica. Desde entonces esa institución la ha regentado: ha sido colegio, casa de catequistas, sede de Caritas Arquidiocesana.
Allí, mis palabras encontraron un eco distinto, supe volver y ver. Me di gusto hablando de Cantel, de Concepción Tutuapa, de las cuencas de los dos ríos que me desvelan.

Sobre los hombros de esas palabras pude vadear la rutina perdida. Avancé precariamente de pilar en pilar, de cielo en cielo. Y luego asistí a la confesión de un pasado que todavía me hostiga.
Recorrer las calles de Xela es perderse en una visión del pasado reciente, es un dèja vú, una broma hostil. El teléfono sonaba y reía conmigo las bromas de siempre. La lejanía no importaba ya.
Y abandoné Xela sin mayor pena, sin ninguna gloria.

Cuénteme hermanito...

A: Rigo

Sepa usted,
y que sea pronto,
que las manos
se esconden puntuales.
Entienda ya
que en las rocas
no existe un deseo
ni dos:
innumerable es el tres,
indescifrable el cuatro.

Cuénteme hermanito
sobre el fuego
que alimenta
con su madera
cotidiana.

Cuénteme,
y que sea pronto,
del silencio,
de la dicha
de abrazar el infinito.

Mixco, Guatemala, Octubre de 2009.

Zapatitos

Una cámara fotográfica que ya pide que se le utilice de otra manera. Jorge me contó hace poco que tiene la intención de hacer una página, un blog de zapatos. Su intención no tiene nada que ver con estas fotos, pero sirvió de empuje para que yo buscara hacer algo con esa idea. Mi intención era más bien lúdica. Me llamó la atención ver los sendos zapatitos amarillos que lucían dos maestras que asistieron a un taller reciente en Puerto San José.

Mis sucios zapatotes amarillos contrastan con la pulcritud y delicadeza de los de las maestras. Como he dicho, mi intención era más bien la de romper el tedio del trabajo y sacar un sonrisa de las compañeras que, amablemente, permitieron que tomara estas fotos.
La cámara y mi hiper activa imaginación se salieron con la suya.

...él sabe algo que yo no...

A finales del mes de agosto de este año asistí a un taller digno del olvido. Rescatable de ese momento es el hecho de haber conocido y reído al lado de Chemita: Alfabetizador del Dispensario Bethania, Jocotán, Chiquimula.
Ese mismo destino de talleres y esfuerzos de cooperación me puso, a principios de este mes, en la sede del dispensario de marras. Allí nos recibieron con los brazos abiertos. Y allí, también, estaba Chemita.
No sé decir más de su persona... pero me ha quedado una duda mortal: ¿acaso él sabe algo que yo no alcanzo a entender?

Basílica

Otra jugarreta que te juegan el tiempo y los caminos es el olvido parcial. Ni siquiera la cercanía de este viaje y los kilómetros que significó llegar hasta allí, son fuente de información confiable.
Creo, presiento, que no visitaba Esquipulas desde hace unos 30 años... contar ese tiempo, decir 3 décadas, tratar de explicar qué ha pasado en esta vida, mi vida, durante ese tiempo es difícil, por no decir inútil.
He abierto una puerta que nunca estuvo totalmente cerrada. He participado en los rituales que la visita requiere. La blanca basílica que resguarda la milagrosa imagen del Cristo Negro me ha parecido un sueño que otro soñaba. Mezclado a las risas, al olor de incienso, a la pasarela que lleva hasta el escaparate, a los mil y un detalles que guarda celoso este lugar, he visto hacia atrás. Caminar y ser, sentir y ver. He olvidado de nuevo. Pero este olvido nuevo es pequeño, es nada.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Para la libertad...

Un sueño ha sido. Los conocí hace 12 años. Llegaron y se instalaron en la cresta de la ola. A ambos los hice mis hermanos sin pensarlo dos veces. Uno de ellos hoy es una estrella más. Omitiré sus nombres y las circunstancias de la foto. Que sea este un post para compartir sus rostros infantiles, sus sueños de libertad que fueron mis sueños también y, de diferente forma, siguen siéndolo.

"...quisiera ser pajarito
con las alitas azules
para volar divertido
sábado, domingo y lunes..."

¡Qué jodido es extrañar a alguien!

Otros caminos vendrán...

Volver y ver.
Sentir en el rostro
el sueño que se desliza
desde el viento.
Convenir con el verde del camino
una alianza precaria:
sembrar el olvido mutuo
cuando sea necesario.

Volver y ver.
Otros caminos vendrán
y ocuparán el espacio del tedio
que el gris de siempre acapara.

Luego la risa,
volver y verla,
serla,
sentirla,
amarrarse a ella.

Otros caminos vendrán:
serán la esperanza,
serán el llanto.
Serán volver y no regresar.

Septiembre de 2009.

martes, 15 de septiembre de 2009

Post data al Camino 29...


Durante años me he sentido así: con la añoranza de que todo puede cambiar y la sensación incontenible que ando nada más "vuelta y vuelta".
La canción es de "Congreso", grupo Chileno que he presentado en un post anterior. Según dicen algunos blogs esta pieza pinta la forma de ver el mundo de los chilenos que en ese 1975 se enfrentaban a una tenebrosa dictadura militar. El temor, la incertidumbre marca la letra de la canción. Y es así como me siento hoy. Entiendo que no hay parangón. Entiendo que no puedo siquiera sentirme como ellos, como ellas. Pero es así nomás: Así me siento hoy, ahora, acá.

Vuelta y Vuelta
Sucede que me estoy quedando triste,
sucede que me canso de reír.
Nada nuevo veo en las mañanas
ni en tus ojos de ayer...
ni en tus ojos de ayer.

Y sigo caminando calendarios,
sigo dando vuelta en un reloj,
todo se termina en un suspiro
y huye al lado el eco de la voz...

...y vuelta y vuelta... planetas y estrellas...
...y vuelta y vuelta... planetas y estrellas...
...y vuelta y vuelta... planetas y estrellas...

Camino 29

Hay otro camino para llegar hasta este punto. Hay otras rutas que no se llaman agua y lanchón. No importa. De pronto sólo me importa el puente que no está. Ver esos pilotes que se defienden de si mismos y de su trunca vocación de camino. El canal baja y sube con la marea, revela dunas condenadas al ir y venir, a ver el sol de vez en vez.
Enturbia más mi presente una conversación reciente sotenida cerca de esas aguas... un hilar patrañas y autoconvencimientos que se derrumban como castillos de naipes. Un llamado a la acción que no tiene respuesta en sí mismo. Una inexistencia de coherencia tanto o más grande que la inexistencia de este puente.
Escucho las aguas que poco a poco me cubren.

domingo, 23 de agosto de 2009

Hijo del Sol Luminoso...

Espero que no se me vuelva costumbre ya esto de poner canciones en lugar de fotos.
Diré en mi descargo que tengo estropeado el scaner y que quisiera seguir subiendo fotos viejitas y cosas así. Fotos recientes tengo algunas, pero ya habrá tiempo, las voy a dejar madurar.
Regreso al tema del Rock Fusión y, ahora, es Chileno el grupo: Se llama "Congreso" y la pieza que adjunto acá arriba me gusta mucho. La primera voz de esta canción es de Joe Vasconcellos.
Me gusta mucho este sonido ochentero (1983) y fresco. El disco al que pertenece la pieza se llama "Viaje por la cresta del mundo" y es una sumatoria de estilos y sonidos que lo hacen diferente.
Ahí va pues... el mundo sigue girando.

viernes, 7 de agosto de 2009

Solo como el Cardón...


¿Gustavo Santaolalla? ¡Claro! Este es el grupo de iniciación de este músico Argentino. Entonces, el grupo "Arco Iris" es Argentino y es una comunidad medio hippie surgida en 1968 en la localidad de El Palomar, parte de el Gran Buenos Aires. Una historia extraña que bien podría llenar muchas páginas. Para las o los interesados en ahondar en ese mito, dejo el link de lo que dice Wikipedia pinchando aquí.
Hay otros grupos y otros temas que espero pronto poder compartir con ustedes. Por el momento no los molesto más y me voy a dormir que no es gratuita la vida: hay que pagar el precio de la muerte diaria, de la inconsciencia auto inflingida.

"Solo como el Cardón...

Solo como el Cardón
anda mi corazón,
subiendo los brazos,
rogando tu amor.

Pero vos no escuchás,
palomita torcáz,
alguna vez vienes
y otras te vas.

Por las sombras iré,
como aquel que no ve,
buscando la llave
que abra tu querer..."

Sube a nacer conmigo hermano...


Empezó agosto ya. No quiero dejar suelto el tema que empecé con la canción del post anterior. Y siguiendo esa misma línea les dejo un tema del grupo Chileno "Los Jaivas".
El tema se llama "Sube a nacer conmigo hermano" y está tomado de su disco "Alturas de Machu Pichu". Ese disco es considerado como una de las obras más importantes del rock fusión y debe mucho de su impacto a lo que estos músicos compartieron con "El Polen", grupo Peruano que mencioné anteriormente.
Los temas del disco de "Los Jaivas" que aludo están tomados del "Canto General" de Pablo Neruda.
Y eso... ya pongo uno de "Arco Iris" para que tengan de dónde tomar tema de comparación.

miércoles, 29 de julio de 2009

Cholito Pantalón Blanco...


Mientras pasa el tiempo (lento a veces, rápido siempre), me zambullo en los recuerdos y en los afortunados descubrimientos. Hace años ya que conozco un grupo peruano que se llama "Frágil", su música, su sonido me lo trajo un programa de radio que transmitía la FM 95: "Instantes", conducido por un argentino que se llamaba Marcelo Frachelli. Ahí abrevé de música que ha marcado mi vida hasta ahora. Y "Frágil" surgió de ahí... pues bien, buscando otros sonidos de por esos rumbos sudamericanos me topé con otro grupo peruano: El Polen. Maestros e iniciadores del rock fusión en latinoamérica, género que exploraron junto con los argentinos "Arco Iris" y los chilenos "Los Jaivas".
Dejo para ustedes un track de su disco "El Cholo". Este disco es la banda sonora de una película que protagonizó Hugo "El Cholo" Sotíl, mítico futbolista del que espero hablar largo y tendido en otro momento.

martes, 28 de julio de 2009

Ojos

Aldea Monterico, Taxisco, Santa Rosa. Julio de 2009.

Con tu risa,
con tus ojos,
construyo eso
que me salva
de la rutina.

Es por tu piel
que me debo al sol.

No soy
ni tu presente
ni tu futuro:
construyo otro amanecer
que quisiera vieras,
que quisiera fuera tuyo,
de nadie más,
de nadie más.

Borda

Regresábamos de Taxisco centro. En el pick up íbamos los dos practicantes, Roberto que conducía y yo. Pasamos a Escuintla a tomar una agüita, en la tienda que está en la misma cuadra de la casa de Hugo. Ya cerca de la recta que lleva de vuelta a Puerto San José (la de Puerto Quetzal), dijo Roberto: "¿nos vamos por la carretera vieja?" ¿por Masagua? -dije yo. Yo tenía ganas de ver la borda que contiene el río Achiguate a la altura de la aldea San Isidro. Hice preguntas a Roberto sobre tal construcción y me dijo que se podía ver desde la carretera pero que nos iba a llevar a verla desde un punto donde está siempre la maquinaria "trabajando" en el mantenimiento de la dichosa borda. Roberto cumplió y nos detuvimos en el punto donde he tomado esta foto.
La historia de la borda es un tanto truculenta: resulta útil, no puedo negarlo, pero es un negocio redondo para mucha gente porque, entre otras cosas, la maquinaria siempre está ahí ganando dinero aunque no se mueva. Además, la borda debería ser así en todo el cauce bajo del río (piedras forran un túmulo de tierra y éstas, a su vez, están contenidas por malla metálica). Otra cosa que ha sucedido con la construcción de este bicho serpentiforme es que, en momentos de crecida del río, la borda encauza con más fuerza al río hacía las aldeas de la boca barra...
Le mostré luego estas fotos a Nelson (compañero de trabajo que tiene su casa, su familia, en una de las aldeas de la mencionada boca barra) y me decía con dolor que ojalá y la borda fuera así en todas partes...
Nada puedo decir más... parece que hoy día el río da más problemas que los que soluciona.

Vegetación no muy atractiva...

El viaje fue largo, cansado. Nos propusimos terminar de una vez por todas con la sequía que llevábamos de no presentar el espectáculo. Dos meses seguidos nos suspendieron: la primera por culpa del estado de calamidad decretado por la A H1N1; la segunda por culpa del mentado caso Rosenberg. Esta vez nos tocó viajar un poco más lejos cada día. El primer día en la aldea Monterico (Taxisco, Santa Rosa), nos probamos a nosotros mismos que podemos y debemos hacer teatro arena. Nos sentimos tan cómodos que, creo, nos relajamos para el segundo día en Taxisco... ese día cometimos todos los errores posibles, fuimos víctimas de la ley de Murphy...
El tercer día fue en Iztapa (Escuintla) y ahí todo fue risas y ganas de seguir... y ganas de volver.
De la tarde del segundo día es esta foto... estábamos en la terraza de la oficina explicando una metodología para trabajar un tema de Reducción de Riesgo a Desastres y yo me fugué con los pájaros que buscaban sus nidos al caer la tarde. Sobre las palmeras sobresale un elemento más del paisaje: antenas que ya nos vamos acostumbrando a ver por todo el país y, a pesar de ser tan feas, dan un toque especial a la composición de una foto cualquiera.

lunes, 27 de julio de 2009

Lo que regala una carretera cualquiera...

Rodar y rodar para llegar a destino pronto y sin contratiempo. Casi toda la semana anterior la he pasado en la costa sur. De Taxisco para Puerto San José y de ahí para Iztapa... de ese viaje, de la ruta a ese último destino he tomado esta imagen.
Dos adolescentes caminan por la orilla de la carretera, vestidas como princesas y soportando el calor de más de 35 grados que hacía esa tarde. Parece que formaban parte de una comparsa de una escuela o colegio. Hemos reído mucho al comprobar que ellas reían y parecían disfrutar de nuestra atención.
Imágenes que me parecen de ayer.

Oficio que no lo es...

Con mayor o menor frecuencia (con las mareas, dirían algunos), me acerco a las letras o me separo de ellas. Tengo un blog que alimento poco y que debería contener aquellos sueños que, creo, no caben acá. También visito páginas que hablan de literatura o que son escritas con afanes estéticos que se cumplen o no. Me maravillo de los compañeros y amigos que pueden leer sus textos en recitales y encuentros, que pueden editarlos en papel, volverlos libros.
Todo esto que digo ha encontrado un eco en un texto que conozco desde hace tiempo y que no deja de impresionarme:

"OLIVETTI
Están aquí mis libros (no los que leo sino los que escribo), bandadas de papeles llenos de tachaduras que ensucian la limpieza de mi pulcra Olivetti. Están aquí. Son libros aunque no lo parezcan todavía. Siguen aún inéditos. Podría publicarlos, pero ocurre que no hacen ediciones por abonos. Y aún cuando las hicieran, debo pagar primero la cocina, el refrigerador y las letras del carro (todo lo necesario y lo más útil).
Y además, ¿de qué me serviría publicarlos? A lo sumo gastaría bolígrafos en las dedicatorias, me dirían "poeta" en plena vía pública y entraría en el círculo selecto: La Sociedad de Autores Nacionales. Pero no aceptaría el carnicero un volumen de versos a cambio de una libra de puyazo. Ni el médico vería con agrado si pago la consulta con un ejemplar autografiado.
Es más, esos centavos mensuales que costará la edición de algún libro (en el remoto caso que hubiera editor que diera fiado), están mejor empleados en las revistas de tiras cómicas que alegran a mis hijos e inclusive me hacen reír a veces.
Por eso están ahí, por allí, esos mis libros inéditos que ni yo mismo leo, que ni yo mismo entiendo, como casas derruidas donde (yerbajos) crecen tachaduras, correcciones inútiles que no verá la imprenta, que no habrán de salvarme de la muerte.

Manuel José Arce Leal"

Duele volver sobre la huella de esas palabras. Y duele más al comprobar el presente que se empeña en rumiar silencio.

martes, 21 de julio de 2009

Manual de Instrucciones

"MANUAL DE INSTRUCCIONES PARA EL USO Y ABUSO DE UNA NARIZ ROJA

DEFINICIÓN:
(En plan serio, para que no se diga) La nariz roja es la máscara del clown.
COMPOSICIÓN:
A estas alturas es más que probable que usted ya se haya probado una nariz roja (si no fuera así ¡apresúrese..! ¡No sabe lo que se pierde!). Si usted, como decía, ya se ha probado una nariz roja, ya sabe que una nariz roja puede ser una naricita roja o una narizota roja y que puede ser también roja pasión, roja pimentón, roja rosa, rosita a secas, naranja, violeta, negra o, incluso -se tiene constancia de esta rara especie- verde limón. Puede haber sido construida en plástico duro, menos duro, blandito, látex o cualquier otra macarrada química. Normalmente son huecas, ya que las macizas, como no permiten introducir la propia nariz en su interior, no tienen la misma aceptación. Por último, y aunque es recomendable que tengan una gomita incorporada, existen las dos modalidades: con y sin.
INDICACIONES:
Utilícese en caso de mareo y en los casos genitivo, dativo, vocativo y ablativo; en caso de duda y de difícil solución, en todos los casos perdidos, porque sí y por si al caso. También es altamente recomendable contra la varicela, el desamor, el mal de heno, la monotonía, las almorranas, las caras de úlcera, las meriendas de negros, la hipocresía, las caries, la asfixia, los agujeros negros, la crisis de valores, las fobias, las prisas, la manía de ser infeliz, el dolor de muelas, el dolor de guerras, los ensayos monográficos, los gráficos a secas, la amargura, la crisis, las crisis de nervios, los accesos de rutina, la risa light, el acné, el tiro de gracia, el ácido sulfúrico, las rebajas, la calvicie, las puñetas, las campañas electorales... entre otras molestias crónicas o pasajeras.
POSOLOGÍA:
Como regla general, se inicia el tratamiento con una sesión intensiva de 15 a 20 horas, que se continúa una vez al mes, durante cinco meses mínimo. Entre sesión y sesión se recomienda su uso y abuso cuantas veces sea necesario, particularmente en los casos arriba indicados.
CONTRAINDICACIONES:
No debe utilizarse indiscriminadamente en cualquier ambiente familiar, situación laboral o reunión social a bocajarro, mejor dicho a "nariz jarro". Usted ha decidido ser más feliz y expresar con más y mejor humor sus emociones, pero quizá el resto del mundo (su jefe, su agente municipal, su maestro, su madre o su vecina del tercero, pongo por caso) no está preparado para su metamorfosis. Déle tiempo y dese tiempo y disfrute siendo un subversivo de la risa.
INCOMPATIBILIDADES:
Se han descrito ciertos cuadros alérgicos en las personalidades de algunos mercenarios, estafadores, asesinos y otros malos bichos.
EFECTOS SECUNDARIOS:
La tolerancia parcial es muy buena. Pero casi desde el primer momento del tratamiento, y más si se prevé que este sea prolongado, se aconseja prestar atención a su humor, su fantasía, su auto estima, escucha y expresión de su emocionalidad, pues se observan efectos secundarios de importancia aunque no sean letales. Se ha observado, así mismo, que genera adicción en los usuarios entusiastas.
INTOXICACIÓN Y TRATAMIENTO:
Dosis excesivas pueden afectar de forma irreversible sobre la energía vital, mejorando las relaciones interpersonales, la memoria, el tiempo, la hipertensión, el insomnio, los trastornos digestivos, el rendimiento cerebral y desarrollando la creatividad, la escucha, la generosidad y la transparencia hasta niveles que convierten a las víctimas en sujetos marginales.
Se investiga todavía sobre los antídotos para los cuadros de intoxicación mencionados pero con escasos o nulos resultados."

Atribuído a Jule y Koldo (1992)

martes, 23 de junio de 2009

¡Más títeres!

A: Mirtala (Como prometí y como debe ser).

Esta foto la tomó FranJa ayer por la tarde. Estuvimos de ensayo en casa y aprovechamos para hacer reparaciones y mantenimiento a los títeres que utilizaremos en la próxima Actividad Lúdico Educativa (ALE's para abreviar).
En la foto me acompaña el Abuelito con su flamante nueva camisa. Él es, hasta ahora, el bicho más grande que fabrico, otro más que le sigo la huella desde que era nada más que un pedazo de esponja y tela.
¡Me gusta mucho esta foto! Esto paga cualquier esfuerzo.

domingo, 21 de junio de 2009

Verano

Ayer hablaba con Sonia y me pareció que siempre estoy equivocado. Luego, leía unos comentarios a unas fotos en otra página y me volví a sentir equivocado, fuera de lugar. No encajo a veces en los modos de ver el mundo. Esto me causa cierto grado de temor, de angustia. Pero luego regreso a los pasos que he dado y trato de entender todo eso que está detrás de esos sentimientos.
El verano ha empezado. Empieza hoy. Acá llueve y el calor es menor que en otras partes del mundo. Poco o nada se sentirá el cambio de estación. Ella, Sonia, está allá lejos y se siente agobiada por el calor, por esa necedad del sol de salir temprano y quedarse hasta tarde iluminando las ruinas de una sociedad que a veces añoro. Y esas contradicciones son fatales: Mis recuerdos de allá, de allende los mares, son de un invierno lóbrego, poco vibrante y halagador. Entenderlo me ha llevado años ya. Entender no sólo el invierno sino esas formas de ver las cosas.
Hablaba con Herbert hace unos días, él ha vivido años enteros en Italia y no se sorprende ya de la nieve, ni del sol radiante. Pero imagino que ahora le cuesta entender esto que acá sucede. Este clima de trópico poco sonriente, estas sombras de nubes grises y lluvia torrencial.
Museos, torres, calles, trenes, luchan una batalla a muerte con mi realidad, esta que ahora me somete a obediencia y me recuerda que las bicicletas, los buses y los árboles son mi signo, mi canto, mi pasaje al entendimiento.

viernes, 5 de junio de 2009

Donde estés ahora

A mi perro.

¿Quién puede entender todo esto? Todo lo vivido, los años... ese irreversible paso del tiempo. Los finales nunca me han gustado. Las lágrimas que he vertido por la partida de nuestro perro no son un final. Punky se llamaba, vino a casa cuando era cachorrita. Estuvo 12 años con nosotros. La hicimos parte de nuestra familia, de nuestro círculo de saludos, de las fotos de orgullosos compañeros de alguien tan bello. Fue amiga de mis amigos, celosa guardiana de cada uno de los que habitamos esta casa. Escribo esto queriendo verla dormida acá, a la par mía.
Ahora descansa de las mil y una labores de su auto aceptada condición.
Ahora le dajeré descansar.

Perro negro

alma de otros sueños
pedacito de ternura
caricia esperada
compañera del desvelo.

Descansa, amiga, compañera.

Guatemala, junio de 2009.

lunes, 25 de mayo de 2009

Camino 28

Volcanes de Fuego y de Agua desde la carretera a la Costa Sur.

Yo voy soñando caminos

Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
- la tarde cayendo está-.
"En el corazón tenía
"la espina de una pasión;
"logré arrancármela un día:
"ya no siento el corazón".

Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.

La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.

Mi cantar vuelve a plañir:
"Aguda espina dorada,
"quién te pudiera sentir
"en el corazón clavada".

Antonio Machado