
La foto pertenece a la mítica salida de una Semana Santa memorable allá por el año de 1995 (¡catorce años de eso!). Esa vez hicimos la doble: Acatenango y Fuego en el mismo viaje.
En el camino hicimos unas fotos que dimos en llamar de la forma que titulo este post. Años después quisimos volver a encontrar esos árboles, esos bejucos... labor que, ahora, ha de ser imposible. La deforestación también ha llegado a más de 2,500 metros sobre el nivel del mar...
Edgar y yo sonreimos en la foto. El recuerdo basta y sobra.
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