
Ese mismo destino de talleres y esfuerzos de cooperación me puso, a principios de este mes, en la sede del dispensario de marras. Allí nos recibieron con los brazos abiertos. Y allí, también, estaba Chemita.
No sé decir más de su persona... pero me ha quedado una duda mortal: ¿acaso él sabe algo que yo no alcanzo a entender?
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