Esperando su turno para apisonar el terraplen o el camino de entrada. Este tipo de equipo pesado ha sido, para mi, una especie de obsesión que dura desde hace mucho tiempo. Ver el ir y venir de esos enormes bichos, respetar y admirar el poder que lucen y representan aun y cuando estén en ese reposo de cada tarde o de falta de alimento. Recuerdo subir a un cayuco con motor en el Canal de Chiquimulilla, entrar al río Achiguate y cruzarlo de lado a lado para acercarse al sitio donde la maquina trabaja haciendo una borda que desvíe un tanto el paso del río hacia la comunidad. En el cayuco, con nosotros, va un turumbo azul que contiene la gasolina que hará funcionar el monstruo por unas horas más. Los insectos zumban y se escuchan entre el escándalo del motor; la pala de la retroexcavadora aparece de manera rítmica sobre el túmulo de tierra y arena que ella misma construye.
Al borde de la carretera rumbo al norte se ven trabajando.Amarillas o verdes. Multifunción. La que aparece en la foto trabaja duro en Cahabón. El lodo, ese mismo de las llantas, sigue en mis zapatos.
Al borde de la carretera rumbo al norte se ven trabajando.Amarillas o verdes. Multifunción. La que aparece en la foto trabaja duro en Cahabón. El lodo, ese mismo de las llantas, sigue en mis zapatos.