domingo, 5 de febrero de 2012

México


En el nombre del hueso vulnerado
hecho cal a pedazos junto al polvo
en el nombre del ciego que resiste
la vecindad del sol desde su pozo

En el nombre del ángel de la crisis
de quienes desesperan encerrados
en el nombre del hambre pisoteada
del que perdió la pista de sus pasos

En el nombre del perro que se muere
al filo de tu sed áspera y fría
en el nombre del fuego en que reposa
tu cúpula de nieve malherida

En el nombre del árbol que reseco
recuerda sus cadáveres colgantes
en el nombre del grito carcomido

En el nombre del hombre del abismo
que de su corta piel crece y te cubre


Roque Dalton. El turno del ofendido.

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