Hace unos años, en este sectory como producto añejo del tiempo de lluvia en todo el país, desapareció un buen pedazo de la carretera. No sé de quién fue la idea, pero, para reparar el daño, decidieron no nada más reconstruirla sino hacer una especie de experimento que tuvo sus fallas y sus soluciones. Abrieron mas el agujero donde fue el deslave, aplanaron, levantaron el muro de contención, hicieron las cunetas del drenaje. Hasta ahí todo muy bien para el automovilista... pero al pasar por ahí, en un día cualquiera, se veía a los vecinos del poblado cercano subir y bajar por el drenaje para lograr cruzar la carretera. Siempre hizo falta una pasarela en ese punto... y parecía que, si la iban a construír, no lo harían ahí...
Yo digo que es la más bonita e ingeniosa de la carretera a Occidente.
Su punto central tendrá unos guapos diez metros de altura y basta para salvar la distancia y mantener sanos y salvos los huesos de todo mundo. ¿Tanto cuesta hacer algo útil y modestamente estético? No importa para quién lo hagas, dónde lo hagas o los recursos que tengas para hacerlo... ¿cuesta tanto hacerlo bonito? Puede que haya alguien a quien no le guste el bicho verde ese, o la solución dada al entuerto del derrumbe, puede que ni siquiera les guste pasar por este poblado enclavado entre Chimaltenango y Sololá pero jurisdicción de El Quiché, pero, para la gente de los poblados cercanos (Chiwexa I, II y III, Chuijulimul, Xepol y el mismísimo Chupol), desde el año pasado, hay un punto de referencia que no tiene nada que ver con asaltos a buses, accidentes en la carretera, derrumbes o atropellados... ¿tanto cuesta?
1 comentario:
Lo de la pasarela y la pericia para resolver el asunto ese del diseño de la carretera lo comparto convós, porque es realmente una obra de ingeniería de esas que hacen falta en Guate. Ahora bien, Chupol y alrededores siguen estigmatizados como un área de resguardo de asaltantes de buses, básicamente, una muestra clara de la anarquía del altiplano guatemalteco.
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