miércoles, 31 de octubre de 2007

Camino 19

Hay una cumbre que se llama Paraxkim. No es muy alta, tendrá unos 3,100 msnm. Pero esa cumbre es el punto de partida para un sueño enorme y recurrente.
En la foto estamos Roberto y yo. Hace años de esto, tal vez diez u once. La foto es obra de Edgar y le agadezco profundamente por eso.
La noche anterior nos habíamos perdido como tontos. Caminamos mucho y luego, a eso de las tres de la madrugada, logramos llegar a la cumbre del cerro Paraxkim. Nos quedamos a dormir en las tablitas de una improvisada cocinita hecha por un albañil que trabajaba en la construcción de las casetas de vigilancia de las antenas que en ese cerro se yerguen. La invitación para el ascenso nos la había hecho don Max. Luego lo logramos encontrar y. a su manera, nos indicó la ruta. La foto está tomada cerca del nacimiento de un río. Arroyo pequeño que pareciera condenado a perecer entre la tosca hospitalidad de la tierra y las plantas del entorno. Un páramo seco y duro, cortante.
Y este era el inicio para ese sueño que te lleva desde el cerro Paraxkim hasta la montaña Siete Cruces y desde allí hasta el volcán Zunil. Kilómetros y kilómetros de caminata agreste y exigente. Ruta de descenso de los antiguos K'ich'e hacia la costa sur.
Ya este sueño tendrá más fotos. Ya las tendrá.

Salto Temporal 16

Alma Mater.
Vista áerea del campus central de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Esta foto la tomé yo. Hubo que hacer piruetas y averiguaciones muchas para saber cuáles serían los requerimentos técnicos para poder tomar fotos desde un Helicóptero.
A ese viajecito de 45 minutos por sobre el sur del departamento de Guatemala asistimos: Roberto, Julio Roberto, Olivia, Edgar y Yo. Fue un viaje de cortesía que se ganó en una rifa Giovanni. Tenía caducidad y, casi el día que se iba a vencer hicimos los trámites para que se hiciera realidad (¿Alguien recuerda por qué Giovanni no fue al viaje con nosotros?). Nos juntamos temprano en las oficinas y hangares de H de G (no les voy a hacer publicidad jejejeje) en el aeropuerto de la Aurora y nos dieron a elegir entre dos viajes: Al norte o al Sur. Elegimos el sur, un sobrevuelo que queríamos nos acercara a las faldas del volcán de Pacaya, pero a la larga no pudimos ni verlo porque estaba muy nublado y cerrado el clima como para acercarse volando hasta él. Pero pudimos ver el lago de Amatitlán, la carretera a la costa, Villa Nueva, San Miguel Petapa, Villa Canales, Barcenas... el sur de la ciudad, incluyendo la USAC.
No hay registro visual a la par del helicóptero (fuerte recriminación de parte de Roberto hasta el día de hoy), puesto que entre Edgar y yo acribillamos de fotos al horizonte y, aún en vuelo, nos gastamos el rollo de 36 fotos que era lo único que llevábamos. La cámara fue la Cannon AE1 y se portó de maravilla. Todas las fotos que tomamos fueron reveladas e impresas sin problemas.
Cuando veo estas fotos me suena en la mente la rola de Alux que decía: "...desde el aire no hay fronteras..."

martes, 30 de octubre de 2007

Camino 18

En la foto, de izquierda a derecha: Daniel, Roberto, Mario y Edgar.
Lugar: Las faldas del volcán Acatenango, entre los departamentos de Sacatepéquez y Chimaltenango.
¿Cuándo?: Un 13 de abril de 1995. Plena Semana Santa.
Queríamos probarnos. Hacer la mítica "Doble". Es decir, subir en un mismo viaje los volcanes de Acatenango y de Fuego.
Ambos volcanes se encuentran juntos, los separa nada más un collado de piedra y a los ojos mal entrenados parecerán volcanes gemelos. El Acatenango es el más alto, con una cumbre que marca los 3,976 msnm. El de Fuego, más al sur, con faldas que bajan hacia Escuintla candentes de lava, mide 3,763 msnm.
Este ascenso inició, como todos los de Acatenango, en la aldea la Soledad. Ajenos a nuestra costumbre de subir de noche, iniciamos el camino a eso del mediodía y la foto marca el momento de la parada para comer algo. Ascenso rutinario por demás. No se puede hablar mucho de él. Hicimos la cumbre Yepocapa o "Tres Marías" poco después del anochecer. Ya en la cumbre una densa niebla nos desorientó bastante y nos impidió por un rato dar con el, ahora desaparecido, refugio en esa cumbre. Luego la niebla se disipó y pudimos tratar de acomodarnos allí. En las plataformas de madera dentro del refugio se encontraba un grupo de Salvadoreños (eso lo supimos al día siguiente) que se levantaron muy temprano para hacer la cumbre Acatenango, la principal y más alta. Nosotros les hicimos gundas, puesto que subimos con todo nuestro equipo a la espalda, ya que para nuestros planes, esa cumbre no era más que una parada técnica en el camino que seguía hacía el Volcán de Fuego.
Hay una foto en un post viejo, acá mismo, una foto blanco y negro que muestra la vista de este segundo volcán desde la cumbre del primero (mayo 2007, Salto Temporal 5). Los aconteceres del resto de la ruta son materia de otro día.

martes, 23 de octubre de 2007

Nada más que viento...

Hay ruinas sin visitar. Voces que ni siquiera las nombran. Hay un norte y un sur que se desentienden de su labor y niegan su lugar, su ruta, su ansia de ser.
-Mira las estrellas -dijo la mirada que se perdía en la noche.
-Nunca las veré -contesté.
Soy ruinas sin visitar. Soy una voz que ni siquiera me nombra. Soy un norte y un sur que se desentiende de su labor y niego mi lugar, mi ruta, mi ansia de ser.
-¿Y la luna?
-Nunca aparece cuando se le nombra.
Eres ruinas sin visitar. Eres esa voz que ni siquiera se nombra a si misma. Eres un norte y un sur que se desentiende de su labor y niega su lugar, su ruta, su ansia de ser...
-Esperemos al sol.
-Dormiré antes de verle.
Nada más que viento. Eso toca nuestras pieles. Nada más que viento.

sábado, 13 de octubre de 2007

"entre el espanto y la ternura..."


Me encantaría creerme totalmente lo mucho que me dicen mis sueños acerca de esta experiencia. Juro que me volvería loco de alegría. Pero no basta el querer y apenas bastan los sueños. Rafita y yo hemos aprendido haciendo, equivocándonos, sufriendo, cansándonos, riendo como enanos, descubriendo el agua azucarada. Rafita y yo hemos andado juntos un camino que es difícil de explicar y que para cada uno de nosotros tiene un paisaje distinto, un vehículo distinto. Sin embargo, hoy que la primera parte de este sueño ha terminado, creo con más firmeza que, si bien los caminos son distintos, nos llevan a un mismo muelle en un mismo puerto. Lejos quedan ya Koldo y Germán, Jordi y Sergi, Ana y Eva, lejanos y cercanos compañeros de inicio de ruta y que nos mandan sus vibras desde ultramar. Lejos queda ya mi llanto por Ricardo y su partida y la coincidencia que el día que él se fue yo dejé que naciera mi alter ego... y nació llorando y riendo, nació querido y comprendido, nació y hasta hoy me acompaña -esquizofrénico de mi- en las buenas y en las malas.
Gracias mil a Koldo que supo darme palabras de aliento en esos aciagos días de inicio de ruta, gracias mil a Rafita y a Fofo y a JuanVa que estuvieron para no dejarme caer.
Gracias mil a mi familia, a mis amigos, porque creo que entienden que esto no es algo más y saben de la dificultad que impera en los reinos de la risa.
Ahora sólo queda saber dónde termina Daniel y dónde empieza Chusito.