Navegamos de vuelta a casa luego de la deriva y un pairo premeditado en aguas de sueños vírgenes. Acá está el asalto de la realidad otra vez. Esas verdades que se hacen imposibles de atar o de volver niebla, esas memorias de caminos que tanto bien y tanto mal hacen. Nadamos en contra de la corriente, sentimos en nuestros pechos la fuerza de las olas, el salobre sabor de estas aguas de cielos líquidos.
Y la carretera se convierte en un espejo de aquellos momentos que nos esperan en el pasado. El volcán es uno de ellos.
A otros rumbos, otros paisajes, desviaré la mirada.
Y la carretera se convierte en un espejo de aquellos momentos que nos esperan en el pasado. El volcán es uno de ellos.
A otros rumbos, otros paisajes, desviaré la mirada.
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