Acatenango nos jugó una muy mala pasada en la semana santa del año de 1995. Ya hablaré de eso en otra ocasión. El caso es que le pusimos un veto de 5 años: ni pensar subirlo para no permitir que se volviera a burlar de nosotros. En el lapso ese, concentramos nuestras fuerzas en otros volcanes, la mayoría en ese lejano occidente altilplanicio. Pero todo plazo se cumple. No sé si fueron 5 ó 6 años después, pero, a pedido de alguno de nosotros (juro que no fui yo), decidimos hacer "el regreso". Sabíamos de nuestra falta de condición física, sabíamos lo exigente que es ese volcán (aunque bastante indulgente había sido con nosotros, dejándonos hacer algo así como 4 ascenso en dos años), pero... a veces es mejor intentar y eso hicimos. Los implicados: Giovanni, que venía de una larga recuperación después de sufrir un accidente de tránsito; Edgar, que tal vez era el que en mejor condición física tenía (en ese entonces, jejeje); Roberto, que prestó su poderosa pannel blanca sabritera para llevarnos más cómodos y que, al igual que yo, sufre por rodillas lesionadas... y pues yo, que es sabido por todos que soy una colección de achaques ambulante.
A pesar de los pesares, hicimos la ruta de ascenso desde La Soledad hasta Yepocapa en unas 7 horas, casi sin detenernos... pero esa noche, en aquella hondonada, sirvió para derrumbarnos: lluvia, hacinamiento en una carpita, poca comida, frío... lo lógico de estar sobre los 3500 metros sobre el nivel del mar. Al día siguiente nos dábamos topetazos en las piedras al ver lo cerca que habíamos quedado de tener un lugar plano donde dormir. Hicimos de tripas corazón y enrrumbamos hacia la cumbre Acatenango... de ese momento de tortura es esta foto. Giovanni y Edgar iban adelante, ellos hicieron cumbre primero y, lógico, uno de los dos hizo esta foto (creo que fue Edgar, pero ya le preguntaré)... Roberto y yo... pues a paso de tortuga con cayos. Hay otra foto que ve, desde nuestra perspectiva de rezagados, a los dos que van delante... la voy a colocar acá otro día y con ella daré fin a este relato. ¿Les parece?
A pesar de los pesares, hicimos la ruta de ascenso desde La Soledad hasta Yepocapa en unas 7 horas, casi sin detenernos... pero esa noche, en aquella hondonada, sirvió para derrumbarnos: lluvia, hacinamiento en una carpita, poca comida, frío... lo lógico de estar sobre los 3500 metros sobre el nivel del mar. Al día siguiente nos dábamos topetazos en las piedras al ver lo cerca que habíamos quedado de tener un lugar plano donde dormir. Hicimos de tripas corazón y enrrumbamos hacia la cumbre Acatenango... de ese momento de tortura es esta foto. Giovanni y Edgar iban adelante, ellos hicieron cumbre primero y, lógico, uno de los dos hizo esta foto (creo que fue Edgar, pero ya le preguntaré)... Roberto y yo... pues a paso de tortuga con cayos. Hay otra foto que ve, desde nuestra perspectiva de rezagados, a los dos que van delante... la voy a colocar acá otro día y con ella daré fin a este relato. ¿Les parece?
2 comentarios:
solo de ver la foto me dolieron las rodillas, kiki en verdad no recuerdo que fueramos en panel esa vez, la que recuerdo con panel es la del cerro quemado, cuando regresamos sin frenos. recuerdo otra escapada con un samurai de una entidad de gobierno a la que perteneci por un tiempo, pero si no estoy mal fue a san pedro la laguna, pero esa vez que dormimos a pocos metros de la cumbre yepocapa si la recuerdo, dormimos en una pendiente de unos 30º llena de piedras, que huevos. esperemos el final del relato a ver en que termina.
¡Compadre! Pues yo recuerdo muy bien que ibamos en la panel. Hicimos la ruta hasta la Soledad pensando que el carricoche no iba a llegar, pero la carretera estaba muy bien balastrada y con señas que el asfalto estaba pa' pronto. Y la dejamos en la Soledad, en la tiendecita de los nachos y las cebollas. Recuerdo mucho mejor el regreso y sentarse en la pannel con la puerta abierta y descansar en ella mientras nos tomábamos una agüita. Pero eso es ya incumbencia de este próximo post.
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