Esta foto corresponde al sitio arqueológico Mixco Viejo, entre San Martín Jilotepeque (Chimaltenango) y San Juan Sacatepequez (Guatemala). Algunos estudios dicen que debería llamarse Jilotepeque Viejo y que estuvo habitado por la parcialidad Ch'ajoma del pueblo K'akch'iqel. Hay en este blog otra nota de una visita más reciente que hicimos con Roberto, para verla pulse aquí.
Esta visita corresponde, presumiblemente, al año de 1998. Íbamos en esa colada Roberto, Olivia, Edgar, Manuel y yo. Salimos una mañana desde Guate hasta la cabecera municipal de San Juan Sacatepequez y ahí subimos a un bus que iba a San Raymundo. Nos quedamos en el entronque de carreteras que conducen a San Raymundo y hacia Pachalúm en el departamento de El Quiché. Empezamos a caminar y llegamos hasta la cuenca del río Pixcayá, desde ahí todo es ascenso y en un picop nos dieron jalón hacia arriba y nos dejaron justo en la entrada del sitio arqueológico. Subimos y nos empezamos a maravillar, no sólo por el lugar mismo, sino por la hermosa tarde de invierno que nos permitía un poco más de luz para recorrer, en primicia y casi en soledad, la gran extensión del lugar. Pedimos permiso para quedarnos a dormir ahí y nos dijeron que sí. Armamos nuestras carpas en un rancho en el área de visitantes y juntamos fuego en una de las churrasqueras. Platicamos, vimos estrellas miles, nos robamos unas aguas gaseosas, vimos luces y pensamos en la cercanía del río Motagua.
Al día siguiente nos hicimos de nuevo con las cámaras y tomamos fotos de los templos con la nueva y suave luz del día que nacía.
Luego emprendimos el regreso. El río Pixcayá volvió a vernos y nos regaló un poco de frescura en los píes cansados. Llegamos hasta el plan de una de las aldeas de arriba y esperamos el bus que nos llevó de vuelta hasta San Juan... lo demás es esto, es hoy, es mi sueño que llega desde el insomnio de siempre.
Esta visita corresponde, presumiblemente, al año de 1998. Íbamos en esa colada Roberto, Olivia, Edgar, Manuel y yo. Salimos una mañana desde Guate hasta la cabecera municipal de San Juan Sacatepequez y ahí subimos a un bus que iba a San Raymundo. Nos quedamos en el entronque de carreteras que conducen a San Raymundo y hacia Pachalúm en el departamento de El Quiché. Empezamos a caminar y llegamos hasta la cuenca del río Pixcayá, desde ahí todo es ascenso y en un picop nos dieron jalón hacia arriba y nos dejaron justo en la entrada del sitio arqueológico. Subimos y nos empezamos a maravillar, no sólo por el lugar mismo, sino por la hermosa tarde de invierno que nos permitía un poco más de luz para recorrer, en primicia y casi en soledad, la gran extensión del lugar. Pedimos permiso para quedarnos a dormir ahí y nos dijeron que sí. Armamos nuestras carpas en un rancho en el área de visitantes y juntamos fuego en una de las churrasqueras. Platicamos, vimos estrellas miles, nos robamos unas aguas gaseosas, vimos luces y pensamos en la cercanía del río Motagua.
Al día siguiente nos hicimos de nuevo con las cámaras y tomamos fotos de los templos con la nueva y suave luz del día que nacía.
Luego emprendimos el regreso. El río Pixcayá volvió a vernos y nos regaló un poco de frescura en los píes cansados. Llegamos hasta el plan de una de las aldeas de arriba y esperamos el bus que nos llevó de vuelta hasta San Juan... lo demás es esto, es hoy, es mi sueño que llega desde el insomnio de siempre.
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