Tengo pruebas y testigos: Yo fui complice de la realización de esta pinta con ínfulas de mural. Dany, Roberto et moi. La gente de la asociación de estudiantes de Farmacia nos habló para pintar un mural con tema ecologista. Escogimos las ideas y nos ofrecieron que, si bien no iban a pagarnos por el trabajito, nos podían dar el almuerzo y cigarros para el día. Nos dieron la pintura, los pinceles, el andamio (es un tríptico, pero la primera escena está a unos ocho metros de altura). Tuvimos que lidiar con nuestros miedos y con nuestras limitaciones como artistas, trabajamos poco y muy despacio en esas dos partes, la idea era que usaramos el andamio el menor tiempo posible, ya que al llegar a la parte baja del tríptico podríamos simplemente subirnos en un tonel y llegar a la altura requerida... pero las cosas eran distintas, pleno 1997, cada uno de nosotros buscaba como sobrevivir en la jungla de la recien estrenada posguerra... Roberto trabajaba en la fillers (creo...), Dany se desaparecía y yo, pues estaba en AEU y le dedicaba tiempo a dios y al diablo...
Mejor describo estas dos partes del tríptico (antes de caer en el pozo teológico y moral, jejeje):
Arriba: el tiempo se ha acabado y la evolución ha triunfado sobre el hombre. Mariposas mutantes, arañas monstruosas y cucarachas de un metro de largo son las únicas sobrevivientes del apocalipsis ecológico... el centro de la composición es un gigante reloj, en cuya arena se ven las últimas huellas de pizadas del hombre.
Al medio: Separadas por una calavera de humo (que sin la chimenea de la cafetería ya no tiene sentido), dos escenas de lo mismo. Deforestación y contaminación en una y la huida de la humanidad hacía otros estadíos en la otra. Esta última es la parte que más me gusta del mural completo.
Abajo... pues ya veremos que hay abajo.
Mientras tanto, revuelvo fotos viejas para encontrar una que me acaba de dar Roberto y en la que aparecemos pintando la escena de arriba. Y claro, el pasado es escurridizo sin una pequeña ayuda de mis amigos.
Mejor describo estas dos partes del tríptico (antes de caer en el pozo teológico y moral, jejeje):
Arriba: el tiempo se ha acabado y la evolución ha triunfado sobre el hombre. Mariposas mutantes, arañas monstruosas y cucarachas de un metro de largo son las únicas sobrevivientes del apocalipsis ecológico... el centro de la composición es un gigante reloj, en cuya arena se ven las últimas huellas de pizadas del hombre.
Al medio: Separadas por una calavera de humo (que sin la chimenea de la cafetería ya no tiene sentido), dos escenas de lo mismo. Deforestación y contaminación en una y la huida de la humanidad hacía otros estadíos en la otra. Esta última es la parte que más me gusta del mural completo.
Abajo... pues ya veremos que hay abajo.
Mientras tanto, revuelvo fotos viejas para encontrar una que me acaba de dar Roberto y en la que aparecemos pintando la escena de arriba. Y claro, el pasado es escurridizo sin una pequeña ayuda de mis amigos.
1 comentario:
como dije, antes, que vida para ser eterna, como dice la cancion, parece que fue ayer, viejo que fue del pelon, deberiamos de encontrarnos y dispararnos algo pequeño, quizas retomar una pared de la casa del chopper, vos quien se huevio mi compresor, o todavia lo tenes vos.
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