De izquierda a derecha: Mario, Roberto, yo y Regina. A ella va dedicado este post.
Sentados en las faldas del volcán de Agua en Sacatepequez. Bajando a Santa María de Jesús, poblado que inicia y concluye este ascenso. La foto es un ritual que teníamos ya previsto desde el inicio de nuestras salidas juntos: Después de pasar toda una noche con el gorro puesto, pues tomarnos una foto con el cabello tal y como quedara cuando nos lo quitaramos, por eso todos tenemos la cabeza descubierta y miramos sonrientes el foco de la cámara que en automático nos toma la foto.
Regina era compañera de trabajo en aquella agencia de publicidad de poca monta y pocas pulgas, ella -si no me equivoco- era la secretaria de medios y nos hicimos amigos durante los almuerzos y las pequeñas escapadas que ella hacía hasta el dapartamento de arte de la agencia, lugar de trabajo de estos huesos cansados. Supo que subíamos volcanes (en realidad tan sólo habíamos subido juntos el volcán Acatenango) y pidió unirse a la siguiente salida. Y fue esta. Yo serví de guía. Para Roberto y Mario y también para Regina, era su primera vez en este circo disfrazado de volcán, para mi era algo así como la tercera o cuarta, creo. En el camino hacia arriba pasaron cosas que ya contaré. En la cumbre (en el cráter) pasaron cosas más (la rockola entre ellas ¿verdad Zorrito?) y el descenso fue algo tenso y desequilibrado.
Esta foto muestra rostros sonrientes y cansados, rostros que se pierden en la memoria y en esas promesas de "nunca más" y similares. Pero Regina está con nosotros ahora. Puede ser que nunca llegue a ver este post...
Sentados en las faldas del volcán de Agua en Sacatepequez. Bajando a Santa María de Jesús, poblado que inicia y concluye este ascenso. La foto es un ritual que teníamos ya previsto desde el inicio de nuestras salidas juntos: Después de pasar toda una noche con el gorro puesto, pues tomarnos una foto con el cabello tal y como quedara cuando nos lo quitaramos, por eso todos tenemos la cabeza descubierta y miramos sonrientes el foco de la cámara que en automático nos toma la foto.
Regina era compañera de trabajo en aquella agencia de publicidad de poca monta y pocas pulgas, ella -si no me equivoco- era la secretaria de medios y nos hicimos amigos durante los almuerzos y las pequeñas escapadas que ella hacía hasta el dapartamento de arte de la agencia, lugar de trabajo de estos huesos cansados. Supo que subíamos volcanes (en realidad tan sólo habíamos subido juntos el volcán Acatenango) y pidió unirse a la siguiente salida. Y fue esta. Yo serví de guía. Para Roberto y Mario y también para Regina, era su primera vez en este circo disfrazado de volcán, para mi era algo así como la tercera o cuarta, creo. En el camino hacia arriba pasaron cosas que ya contaré. En la cumbre (en el cráter) pasaron cosas más (la rockola entre ellas ¿verdad Zorrito?) y el descenso fue algo tenso y desequilibrado.
Esta foto muestra rostros sonrientes y cansados, rostros que se pierden en la memoria y en esas promesas de "nunca más" y similares. Pero Regina está con nosotros ahora. Puede ser que nunca llegue a ver este post...
2 comentarios:
Compadrito y que ha sido del zorro
pues aqui toi, vivito y coleando. supongo es don pelon el que escribe, saludos hermano.
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