A esa altura no se habla del cansancio, todavía. Porque en un viaje de esos tenemos como regla tácita no hablar del cansancio hasta que nos veamos días después y nuestras heridas y nuestras almas estén reposadas. Entonces, el camino todavía se presta para detenerse y tomarse una foto o dos y declarar al mundo que hay pruebas de las hazañas forjadas.
Al fondo, como parte central y secundaria a la vez, Giovanni camina hacia la cumbre del volcán Cerro Quemado en Xela. Digo que es parte central y secundaria, porque es más notorio el camino que él, así, el camino se vuelve la parte central de la composición. Querrámoslo o no, es por los caminos y por sus curvas y vericuetos que salimos a pataperrear, a buscar sueños donde otros los han encontrado. A la izquierda de la foto, casi en el borde, está la espalda de Edgar, que, como en todas las salidas que hemos tenido hasta hoy, se retrasa en las partes fáciles y se vuelve un tractor en las partes difíciles, dando ánimos de seguir y lugar donde poner píe y motivos para asaltar la cumbre.
Giovanni lleva uno de sus bastones, ayuda para caminar en esas condiciones. Una fea fractura en una de sus piernas lo obligaba a usarlo (ahora se mueve muy bien sin él) y, para nosotros, el que nos acompañara era una excusa para tratar de darle ánimos y que poco a poco fuera saliendo de la situación de discapacidad que le aquejaba física y mentalmente. Si sus médicos supiesen de esas salidas nos hubieran tratado de irresponsables, pero eran gajes del oficio.
Hay otras fotos de ese tiempo, de esa salida en particular. Ya el tiempo me dejará ir ubicándolas en este sitio, para que mi memoria las busque en la memoria colectiva.
Al fondo, como parte central y secundaria a la vez, Giovanni camina hacia la cumbre del volcán Cerro Quemado en Xela. Digo que es parte central y secundaria, porque es más notorio el camino que él, así, el camino se vuelve la parte central de la composición. Querrámoslo o no, es por los caminos y por sus curvas y vericuetos que salimos a pataperrear, a buscar sueños donde otros los han encontrado. A la izquierda de la foto, casi en el borde, está la espalda de Edgar, que, como en todas las salidas que hemos tenido hasta hoy, se retrasa en las partes fáciles y se vuelve un tractor en las partes difíciles, dando ánimos de seguir y lugar donde poner píe y motivos para asaltar la cumbre.
Giovanni lleva uno de sus bastones, ayuda para caminar en esas condiciones. Una fea fractura en una de sus piernas lo obligaba a usarlo (ahora se mueve muy bien sin él) y, para nosotros, el que nos acompañara era una excusa para tratar de darle ánimos y que poco a poco fuera saliendo de la situación de discapacidad que le aquejaba física y mentalmente. Si sus médicos supiesen de esas salidas nos hubieran tratado de irresponsables, pero eran gajes del oficio.
Hay otras fotos de ese tiempo, de esa salida en particular. Ya el tiempo me dejará ir ubicándolas en este sitio, para que mi memoria las busque en la memoria colectiva.
1 comentario:
!Cerro Quemado!...honestamente no se cuantas veces hemos regresado..(y no se si lo podremos hacer una vez más, y no por falta de entusiasmo...) no puedo dejar de mencionar que siempre que lo hemos visitado no ha dejado de darnos sorpresas, y desde la primera vez aprendimos a tenerle un respeto especial;
Es cierto (aunque no lo aparentemos)en todos los viajes siempre tratamos de seguir ciertas reglas, incluso existían reuniones previas donde se repartían diferentes comisiones de acuerdo a las posibilidades y a lo que cada uno pudiera aportar (y no necesariamente económicamente hablando..Roberto era un fuerte proveedor), se elaboraba la lista de todo lo necesario e incluso se definía el menú del día; es en serio (como dije se que a simple vista no se nota pero en una cita con la naturaleza, siempre se debe hacer con respeto)y tal ves quien podría tener pruebas de esta planificación es nuestro hermano el escritor, a quien desde que yo conocí siempre tiene como y donde escribir y si no lo consigue al instante..
Es cierto Edgar siempre se convierte en nuestro hombre punta en las partes difíciles o en las partes donde estemos desorientados (geográficamente hablando.) generalmente es el encargado de realizar el reconocimiento del área, pues de todos es uno de los que mejor se ubica.
Que decir del bastón fue mi compañía durante mucho tiempo(y estoy consciente que algún tendremos que reunirnos de una u otra forma..), y ciertamente a estos hermanos les debo el haber aprendido este tipo de terapia...pues en verdad la necesitaba..(Ahora esta clase de terapia es para otro tipo de males..que no precisamente son físicos) además debo mencionar con seguridad que mi familia también lo comprendió y se los agradeció, ya que nunca objetaron ninguna salida de este tipo..Gracias miles…
Como dice Daniel...Existen otras evidencias de que estuvimos allí...que de igual manera será otro torbellino de recuerdos…
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