¿Alguien conoce el número de teléfono de la sala de retención de Inadmitidos en el aeropuerto del Prat en Barcelona?
Pues es ese que está escrito en la pared.
Aparato útil cual ningún otro.
Rescate de voces y noticias,
asidero de la esperanza,
ventana a un exterior que,
aunque nos lo nieguen,
sabemos que existe.
932971282...
¿Cuántas veces escuché repetir ese número por acentos e idiomas distintos?
¿Cuánta gente se habrá perdido por no conocer ese número?
¿Cuántos abrazos, cuántos besos se pudrieron en brazos y bocas
por no conocer ese número..?
jueves, 6 de diciembre de 2007
Compañeros nuevos...
En la foto: Reineiro (Nicaragua), Facundo, Mariángeles, Maxi (Argentina), Danilo (Guatemala), Domingo (Paraguay) y Daniel (Guatemala).
Compañeros nuevos y viejos. Anfitriones y socios forzados del encierro nunca premeditado. Admirable la capacidad de reír aún bajo esas condiciones. Admirable el saber que fueron ellos los que hicieron más apacible nuestro estar en ese lugar que es ninguna parte.
Todos con historias distintas, todos viajeros frustrados. Todos dueños de la verdad absoluta y apenas rumbo muerto.
La foto fue tomada unas horas antes de la salidad frustrada de los argentinos. Antes del dolor y el llanto que les provocó el quedarse una noche más en ese lugar. Aunque nadie sabía si era de día o de noche. No se ve la luz del día. No se ven las apetecidas estrellas.
Y la foto dice poco. Yo quiero decir poco sobre esto. Quiero tan sólo abrazarme a su recuerdo y desearles que estén bien y en casa definitivamente.
Compañeros nuevos y viejos. Anfitriones y socios forzados del encierro nunca premeditado. Admirable la capacidad de reír aún bajo esas condiciones. Admirable el saber que fueron ellos los que hicieron más apacible nuestro estar en ese lugar que es ninguna parte.
Todos con historias distintas, todos viajeros frustrados. Todos dueños de la verdad absoluta y apenas rumbo muerto.
La foto fue tomada unas horas antes de la salidad frustrada de los argentinos. Antes del dolor y el llanto que les provocó el quedarse una noche más en ese lugar. Aunque nadie sabía si era de día o de noche. No se ve la luz del día. No se ven las apetecidas estrellas.
Y la foto dice poco. Yo quiero decir poco sobre esto. Quiero tan sólo abrazarme a su recuerdo y desearles que estén bien y en casa definitivamente.
miércoles, 31 de octubre de 2007
Camino 19
Hay una cumbre que se llama Paraxkim. No es muy alta, tendrá unos 3,100 msnm. Pero esa cumbre es el punto de partida para un sueño enorme y recurrente.
En la foto estamos Roberto y yo. Hace años de esto, tal vez diez u once. La foto es obra de Edgar y le agadezco profundamente por eso.
La noche anterior nos habíamos perdido como tontos. Caminamos mucho y luego, a eso de las tres de la madrugada, logramos llegar a la cumbre del cerro Paraxkim. Nos quedamos a dormir en las tablitas de una improvisada cocinita hecha por un albañil que trabajaba en la construcción de las casetas de vigilancia de las antenas que en ese cerro se yerguen. La invitación para el ascenso nos la había hecho don Max. Luego lo logramos encontrar y. a su manera, nos indicó la ruta. La foto está tomada cerca del nacimiento de un río. Arroyo pequeño que pareciera condenado a perecer entre la tosca hospitalidad de la tierra y las plantas del entorno. Un páramo seco y duro, cortante.
Y este era el inicio para ese sueño que te lleva desde el cerro Paraxkim hasta la montaña Siete Cruces y desde allí hasta el volcán Zunil. Kilómetros y kilómetros de caminata agreste y exigente. Ruta de descenso de los antiguos K'ich'e hacia la costa sur.
Ya este sueño tendrá más fotos. Ya las tendrá.
En la foto estamos Roberto y yo. Hace años de esto, tal vez diez u once. La foto es obra de Edgar y le agadezco profundamente por eso.
La noche anterior nos habíamos perdido como tontos. Caminamos mucho y luego, a eso de las tres de la madrugada, logramos llegar a la cumbre del cerro Paraxkim. Nos quedamos a dormir en las tablitas de una improvisada cocinita hecha por un albañil que trabajaba en la construcción de las casetas de vigilancia de las antenas que en ese cerro se yerguen. La invitación para el ascenso nos la había hecho don Max. Luego lo logramos encontrar y. a su manera, nos indicó la ruta. La foto está tomada cerca del nacimiento de un río. Arroyo pequeño que pareciera condenado a perecer entre la tosca hospitalidad de la tierra y las plantas del entorno. Un páramo seco y duro, cortante.
Y este era el inicio para ese sueño que te lleva desde el cerro Paraxkim hasta la montaña Siete Cruces y desde allí hasta el volcán Zunil. Kilómetros y kilómetros de caminata agreste y exigente. Ruta de descenso de los antiguos K'ich'e hacia la costa sur.
Ya este sueño tendrá más fotos. Ya las tendrá.
Salto Temporal 16
Alma Mater.
Vista áerea del campus central de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Esta foto la tomé yo. Hubo que hacer piruetas y averiguaciones muchas para saber cuáles serían los requerimentos técnicos para poder tomar fotos desde un Helicóptero.
A ese viajecito de 45 minutos por sobre el sur del departamento de Guatemala asistimos: Roberto, Julio Roberto, Olivia, Edgar y Yo. Fue un viaje de cortesía que se ganó en una rifa Giovanni. Tenía caducidad y, casi el día que se iba a vencer hicimos los trámites para que se hiciera realidad (¿Alguien recuerda por qué Giovanni no fue al viaje con nosotros?). Nos juntamos temprano en las oficinas y hangares de H de G (no les voy a hacer publicidad jejejeje) en el aeropuerto de la Aurora y nos dieron a elegir entre dos viajes: Al norte o al Sur. Elegimos el sur, un sobrevuelo que queríamos nos acercara a las faldas del volcán de Pacaya, pero a la larga no pudimos ni verlo porque estaba muy nublado y cerrado el clima como para acercarse volando hasta él. Pero pudimos ver el lago de Amatitlán, la carretera a la costa, Villa Nueva, San Miguel Petapa, Villa Canales, Barcenas... el sur de la ciudad, incluyendo la USAC.
No hay registro visual a la par del helicóptero (fuerte recriminación de parte de Roberto hasta el día de hoy), puesto que entre Edgar y yo acribillamos de fotos al horizonte y, aún en vuelo, nos gastamos el rollo de 36 fotos que era lo único que llevábamos. La cámara fue la Cannon AE1 y se portó de maravilla. Todas las fotos que tomamos fueron reveladas e impresas sin problemas.
Cuando veo estas fotos me suena en la mente la rola de Alux que decía: "...desde el aire no hay fronteras..."
Vista áerea del campus central de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Esta foto la tomé yo. Hubo que hacer piruetas y averiguaciones muchas para saber cuáles serían los requerimentos técnicos para poder tomar fotos desde un Helicóptero.
A ese viajecito de 45 minutos por sobre el sur del departamento de Guatemala asistimos: Roberto, Julio Roberto, Olivia, Edgar y Yo. Fue un viaje de cortesía que se ganó en una rifa Giovanni. Tenía caducidad y, casi el día que se iba a vencer hicimos los trámites para que se hiciera realidad (¿Alguien recuerda por qué Giovanni no fue al viaje con nosotros?). Nos juntamos temprano en las oficinas y hangares de H de G (no les voy a hacer publicidad jejejeje) en el aeropuerto de la Aurora y nos dieron a elegir entre dos viajes: Al norte o al Sur. Elegimos el sur, un sobrevuelo que queríamos nos acercara a las faldas del volcán de Pacaya, pero a la larga no pudimos ni verlo porque estaba muy nublado y cerrado el clima como para acercarse volando hasta él. Pero pudimos ver el lago de Amatitlán, la carretera a la costa, Villa Nueva, San Miguel Petapa, Villa Canales, Barcenas... el sur de la ciudad, incluyendo la USAC.
No hay registro visual a la par del helicóptero (fuerte recriminación de parte de Roberto hasta el día de hoy), puesto que entre Edgar y yo acribillamos de fotos al horizonte y, aún en vuelo, nos gastamos el rollo de 36 fotos que era lo único que llevábamos. La cámara fue la Cannon AE1 y se portó de maravilla. Todas las fotos que tomamos fueron reveladas e impresas sin problemas.
martes, 30 de octubre de 2007
Camino 18
En la foto, de izquierda a derecha: Daniel, Roberto, Mario y Edgar.
Lugar: Las faldas del volcán Acatenango, entre los departamentos de Sacatepéquez y Chimaltenango.
¿Cuándo?: Un 13 de abril de 1995. Plena Semana Santa.
Queríamos probarnos. Hacer la mítica "Doble". Es decir, subir en un mismo viaje los volcanes de Acatenango y de Fuego.
Ambos volcanes se encuentran juntos, los separa nada más un collado de piedra y a los ojos mal entrenados parecerán volcanes gemelos. El Acatenango es el más alto, con una cumbre que marca los 3,976 msnm. El de Fuego, más al sur, con faldas que bajan hacia Escuintla candentes de lava, mide 3,763 msnm.
Este ascenso inició, como todos los de Acatenango, en la aldea la Soledad. Ajenos a nuestra costumbre de subir de noche, iniciamos el camino a eso del mediodía y la foto marca el momento de la parada para comer algo. Ascenso rutinario por demás. No se puede hablar mucho de él. Hicimos la cumbre Yepocapa o "Tres Marías" poco después del anochecer. Ya en la cumbre una densa niebla nos desorientó bastante y nos impidió por un rato dar con el, ahora desaparecido, refugio en esa cumbre. Luego la niebla se disipó y pudimos tratar de acomodarnos allí. En las plataformas de madera dentro del refugio se encontraba un grupo de Salvadoreños (eso lo supimos al día siguiente) que se levantaron muy temprano para hacer la cumbre Acatenango, la principal y más alta. Nosotros les hicimos gundas, puesto que subimos con todo nuestro equipo a la espalda, ya que para nuestros planes, esa cumbre no era más que una parada técnica en el camino que seguía hacía el Volcán de Fuego.
Hay una foto en un post viejo, acá mismo, una foto blanco y negro que muestra la vista de este segundo volcán desde la cumbre del primero (mayo 2007, Salto Temporal 5). Los aconteceres del resto de la ruta son materia de otro día.
Lugar: Las faldas del volcán Acatenango, entre los departamentos de Sacatepéquez y Chimaltenango.
¿Cuándo?: Un 13 de abril de 1995. Plena Semana Santa.
Queríamos probarnos. Hacer la mítica "Doble". Es decir, subir en un mismo viaje los volcanes de Acatenango y de Fuego.
Ambos volcanes se encuentran juntos, los separa nada más un collado de piedra y a los ojos mal entrenados parecerán volcanes gemelos. El Acatenango es el más alto, con una cumbre que marca los 3,976 msnm. El de Fuego, más al sur, con faldas que bajan hacia Escuintla candentes de lava, mide 3,763 msnm.
Este ascenso inició, como todos los de Acatenango, en la aldea la Soledad. Ajenos a nuestra costumbre de subir de noche, iniciamos el camino a eso del mediodía y la foto marca el momento de la parada para comer algo. Ascenso rutinario por demás. No se puede hablar mucho de él. Hicimos la cumbre Yepocapa o "Tres Marías" poco después del anochecer. Ya en la cumbre una densa niebla nos desorientó bastante y nos impidió por un rato dar con el, ahora desaparecido, refugio en esa cumbre. Luego la niebla se disipó y pudimos tratar de acomodarnos allí. En las plataformas de madera dentro del refugio se encontraba un grupo de Salvadoreños (eso lo supimos al día siguiente) que se levantaron muy temprano para hacer la cumbre Acatenango, la principal y más alta. Nosotros les hicimos gundas, puesto que subimos con todo nuestro equipo a la espalda, ya que para nuestros planes, esa cumbre no era más que una parada técnica en el camino que seguía hacía el Volcán de Fuego.
Hay una foto en un post viejo, acá mismo, una foto blanco y negro que muestra la vista de este segundo volcán desde la cumbre del primero (mayo 2007, Salto Temporal 5). Los aconteceres del resto de la ruta son materia de otro día.
martes, 23 de octubre de 2007
Nada más que viento...
Hay ruinas sin visitar. Voces que ni siquiera las nombran. Hay un norte y un sur que se desentienden de su labor y niegan su lugar, su ruta, su ansia de ser.
-Mira las estrellas -dijo la mirada que se perdía en la noche.
-Nunca las veré -contesté.
Soy ruinas sin visitar. Soy una voz que ni siquiera me nombra. Soy un norte y un sur que se desentiende de su labor y niego mi lugar, mi ruta, mi ansia de ser.
-¿Y la luna?
-Nunca aparece cuando se le nombra.
Eres ruinas sin visitar. Eres esa voz que ni siquiera se nombra a si misma. Eres un norte y un sur que se desentiende de su labor y niega su lugar, su ruta, su ansia de ser...
-Esperemos al sol.
-Dormiré antes de verle.
Nada más que viento. Eso toca nuestras pieles. Nada más que viento.
-Nunca las veré -contesté.
Soy ruinas sin visitar. Soy una voz que ni siquiera me nombra. Soy un norte y un sur que se desentiende de su labor y niego mi lugar, mi ruta, mi ansia de ser.
-¿Y la luna?
-Nunca aparece cuando se le nombra.
Eres ruinas sin visitar. Eres esa voz que ni siquiera se nombra a si misma. Eres un norte y un sur que se desentiende de su labor y niega su lugar, su ruta, su ansia de ser...
-Esperemos al sol.
-Dormiré antes de verle.
Nada más que viento. Eso toca nuestras pieles. Nada más que viento.
sábado, 13 de octubre de 2007
"entre el espanto y la ternura..."
Me encantaría creerme totalmente lo mucho que me dicen mis sueños acerca de esta experiencia. Juro que me volvería loco de alegría. Pero no basta el querer y apenas bastan los sueños. Rafita y yo hemos aprendido haciendo, equivocándonos, sufriendo, cansándonos, riendo como enanos, descubriendo el agua azucarada. Rafita y yo hemos andado juntos un camino que es difícil de explicar y que para cada uno de nosotros tiene un paisaje distinto, un vehículo distinto. Sin embargo, hoy que la primera parte de este sueño ha terminado, creo con más firmeza que, si bien los caminos son distintos, nos llevan a un mismo muelle en un mismo puerto. Lejos quedan ya Koldo y Germán, Jordi y Sergi, Ana y Eva, lejanos y cercanos compañeros de inicio de ruta y que nos mandan sus vibras desde ultramar. Lejos queda ya mi llanto por Ricardo y su partida y la coincidencia que el día que él se fue yo dejé que naciera mi alter ego... y nació llorando y riendo, nació querido y comprendido, nació y hasta hoy me acompaña -esquizofrénico de mi- en las buenas y en las malas.
Gracias mil a Koldo que supo darme palabras de aliento en esos aciagos días de inicio de ruta, gracias mil a Rafita y a Fofo y a JuanVa que estuvieron para no dejarme caer.
Gracias mil a mi familia, a mis amigos, porque creo que entienden que esto no es algo más y saben de la dificultad que impera en los reinos de la risa.
Ahora sólo queda saber dónde termina Daniel y dónde empieza Chusito.
Gracias mil a Koldo que supo darme palabras de aliento en esos aciagos días de inicio de ruta, gracias mil a Rafita y a Fofo y a JuanVa que estuvieron para no dejarme caer.
Gracias mil a mi familia, a mis amigos, porque creo que entienden que esto no es algo más y saben de la dificultad que impera en los reinos de la risa.
Ahora sólo queda saber dónde termina Daniel y dónde empieza Chusito.
miércoles, 26 de septiembre de 2007
Postdata 2 (final) a Camino 17 (Locura Manifiesta)
¿Quién cree en estos rostros? Yo lo hago. Y ellos creen en mi. Hay veces que dicen que me pongo nostálgico, pero ya entenderán que es mi modo de intentar anclarme a la realidad, que soy muy volatil y que necesito tener terapias ocupacionales para no estallar en combustión espontánea de deseperaciones vanas.
Roberto, Giovanni y Edgar en la cumbre del Acatenango. Ese día quemamos la perilla de la Camping Gas... creo que con grasa de chorizo (¡¡¡¡¡¡jajajajjajajajaj!!!!!!!!!)... irrefutable que la foto es de MI autoría.
¿Los notan cansados? Pues parece que no, porque el solo hecho de estar allí hace que uno recupere hasta las ganas de bromear. Especial mención merece Giovanni, quien venía en total desventaja con relación al resto, porque era su primer ascenso sobre los 3700 msnm (ya había subido el Santa María), porque venía reducido físicamente, porque nunca pensó que lo iba a lograr. Y ahí está, bajo el abrazo de Roberto y con la mirada entre triste y agotada, pero en la cumbre tercera de Guate a más de 3900 msnm.
Lo malo de las cumbres totales (esas en las que no hay nada más alto que tu propia cabeza... o de la de Edgar), es que no se puede prolongar la estancia en ellas, hay que bajar. Y ese descenso es, a la vez, alivio y tortura continuada. Teníamos un record grupal de descenso de ese volcán... no recuerdo la cifra en horas y minutos, pero era poquito y rapidísimo, con la técnica de la "faldita resbaladero". Esa bajada de ese día fue lenta, muy lenta. Cada uno perdió las energías en lugar distinto, inevitablemente visitamos el suelo exhaustos por repentino abandono de energía. Como anécdota: Yo llevaba un bastón de aluminio, propiedad de Roberto (¿o de don Pin?) y me valí de él para subir (valga decir que fue de gran ayuda), pero para la bajada me estorbaba. Me lo colgué en los tirantes de la mochila y lo perdí en una bajada empinada ya casi llegando a la Soledad. No quise regresar por él... ya estábamos en la pannel cuando vimos que un grupo que venía detrás de nosotros lo traía... y Roberto se los pidió... la cosa es que lo devolvieron y santos en paz.
¿El retorno a casa? Pues no sé... cada uno lo vive de distinta manera.
Hasta acá llego con este relato. Sobra decir que no fue la última salida que hicimos (después de eso yo sumé Pacayas y Chikabales con Guillermo... también creo que hicimos otra vez Cerro Quemado...), pero eso Pequeño Adam, es otra historia.
Roberto, Giovanni y Edgar en la cumbre del Acatenango. Ese día quemamos la perilla de la Camping Gas... creo que con grasa de chorizo (¡¡¡¡¡¡jajajajjajajajaj!!!!!!!!!)... irrefutable que la foto es de MI autoría.
¿Los notan cansados? Pues parece que no, porque el solo hecho de estar allí hace que uno recupere hasta las ganas de bromear. Especial mención merece Giovanni, quien venía en total desventaja con relación al resto, porque era su primer ascenso sobre los 3700 msnm (ya había subido el Santa María), porque venía reducido físicamente, porque nunca pensó que lo iba a lograr. Y ahí está, bajo el abrazo de Roberto y con la mirada entre triste y agotada, pero en la cumbre tercera de Guate a más de 3900 msnm.
Lo malo de las cumbres totales (esas en las que no hay nada más alto que tu propia cabeza... o de la de Edgar), es que no se puede prolongar la estancia en ellas, hay que bajar. Y ese descenso es, a la vez, alivio y tortura continuada. Teníamos un record grupal de descenso de ese volcán... no recuerdo la cifra en horas y minutos, pero era poquito y rapidísimo, con la técnica de la "faldita resbaladero". Esa bajada de ese día fue lenta, muy lenta. Cada uno perdió las energías en lugar distinto, inevitablemente visitamos el suelo exhaustos por repentino abandono de energía. Como anécdota: Yo llevaba un bastón de aluminio, propiedad de Roberto (¿o de don Pin?) y me valí de él para subir (valga decir que fue de gran ayuda), pero para la bajada me estorbaba. Me lo colgué en los tirantes de la mochila y lo perdí en una bajada empinada ya casi llegando a la Soledad. No quise regresar por él... ya estábamos en la pannel cuando vimos que un grupo que venía detrás de nosotros lo traía... y Roberto se los pidió... la cosa es que lo devolvieron y santos en paz.
¿El retorno a casa? Pues no sé... cada uno lo vive de distinta manera.
Hasta acá llego con este relato. Sobra decir que no fue la última salida que hicimos (después de eso yo sumé Pacayas y Chikabales con Guillermo... también creo que hicimos otra vez Cerro Quemado...), pero eso Pequeño Adam, es otra historia.
Postdata 1 a Camino 17 (Locura Manifiesta)
Quería terminar con esta foto la escueta narración de este ascenso al Acatenango, pero creo que se merece un post más (además de éste). Bien. Como ya adelantaba en el post anterior, el cuarteto se partió en dos: atrás Roberto y yo (foto anterior) y adelante Giovanni y Edgar, quienes aparecen en esta foto. Bueno, Giovanni bastante visible y Edgar de espaldas, apenas sobresaliente de la piedra grande a la derecha. No me voy a acreditar esta foto, tampoco se la voy a acreditar a Roberto, eso lo tendremos que discutir mesa y cerveza de por medio. La cosa es que de allí donde ellos están a la cumbre Acatenango pues sólo hay un empujón de unos tortuosos 50 metros. Entre piedras enormes y almohadas de lava que tienen quién sabe cuántos años (¿le ponemos siglos? no creo equivocarme) de estar frías y estériles se va consumiendo cada poquito de energía que le queda a uno, cada rayito de determinación. Pero es el esfuerzo final.
¿Alguna vez han estado en la cumbre de un Volcán? Esta pregunta no va para los lectores frecuentes, sino para quienes visitan este espejismo. Si no han estado nunca, pues no podrán entender lo que significa, lo que se siente, lo que se vive. He pensado muchas veces en la inutilidad de las cosas que uno llega a hacer. Esa inutilidad es total y aplastante cuando las cosas se hacen en solitario, cuando no se pueden compartir sin caer en la exageración (o algo que parece exageración). Subir a un volcán solo, me parecería un despropósito total. Si ya subirlo acompañado por buenos amigos es una experiencia que pone a prueba nuestras habilidades de convivencia, de adaptación, de retentiva, subirlo solo es como mentir a gritos.
Este último párrafo viene a mi, porque no llego a entender que es lo que pasó en cada momento que hicimos cumbre (sea el volcán que sea, sin excepeción)... se me borran de la memoria las conversaciones y sólo quedan en mi abiertas miradas, gestos inconclusos, razones sin razón, carcajadas rompe vidrios, incongruencias lúdicas.
¿Alguna vez han estado en la cumbre de un Volcán? Esta pregunta no va para los lectores frecuentes, sino para quienes visitan este espejismo. Si no han estado nunca, pues no podrán entender lo que significa, lo que se siente, lo que se vive. He pensado muchas veces en la inutilidad de las cosas que uno llega a hacer. Esa inutilidad es total y aplastante cuando las cosas se hacen en solitario, cuando no se pueden compartir sin caer en la exageración (o algo que parece exageración). Subir a un volcán solo, me parecería un despropósito total. Si ya subirlo acompañado por buenos amigos es una experiencia que pone a prueba nuestras habilidades de convivencia, de adaptación, de retentiva, subirlo solo es como mentir a gritos.
Este último párrafo viene a mi, porque no llego a entender que es lo que pasó en cada momento que hicimos cumbre (sea el volcán que sea, sin excepeción)... se me borran de la memoria las conversaciones y sólo quedan en mi abiertas miradas, gestos inconclusos, razones sin razón, carcajadas rompe vidrios, incongruencias lúdicas.
domingo, 23 de septiembre de 2007
Camino 17 (Locura Manifiesta)
Acatenango nos jugó una muy mala pasada en la semana santa del año de 1995. Ya hablaré de eso en otra ocasión. El caso es que le pusimos un veto de 5 años: ni pensar subirlo para no permitir que se volviera a burlar de nosotros. En el lapso ese, concentramos nuestras fuerzas en otros volcanes, la mayoría en ese lejano occidente altilplanicio. Pero todo plazo se cumple. No sé si fueron 5 ó 6 años después, pero, a pedido de alguno de nosotros (juro que no fui yo), decidimos hacer "el regreso". Sabíamos de nuestra falta de condición física, sabíamos lo exigente que es ese volcán (aunque bastante indulgente había sido con nosotros, dejándonos hacer algo así como 4 ascenso en dos años), pero... a veces es mejor intentar y eso hicimos. Los implicados: Giovanni, que venía de una larga recuperación después de sufrir un accidente de tránsito; Edgar, que tal vez era el que en mejor condición física tenía (en ese entonces, jejeje); Roberto, que prestó su poderosa pannel blanca sabritera para llevarnos más cómodos y que, al igual que yo, sufre por rodillas lesionadas... y pues yo, que es sabido por todos que soy una colección de achaques ambulante.
A pesar de los pesares, hicimos la ruta de ascenso desde La Soledad hasta Yepocapa en unas 7 horas, casi sin detenernos... pero esa noche, en aquella hondonada, sirvió para derrumbarnos: lluvia, hacinamiento en una carpita, poca comida, frío... lo lógico de estar sobre los 3500 metros sobre el nivel del mar. Al día siguiente nos dábamos topetazos en las piedras al ver lo cerca que habíamos quedado de tener un lugar plano donde dormir. Hicimos de tripas corazón y enrrumbamos hacia la cumbre Acatenango... de ese momento de tortura es esta foto. Giovanni y Edgar iban adelante, ellos hicieron cumbre primero y, lógico, uno de los dos hizo esta foto (creo que fue Edgar, pero ya le preguntaré)... Roberto y yo... pues a paso de tortuga con cayos. Hay otra foto que ve, desde nuestra perspectiva de rezagados, a los dos que van delante... la voy a colocar acá otro día y con ella daré fin a este relato. ¿Les parece?
A pesar de los pesares, hicimos la ruta de ascenso desde La Soledad hasta Yepocapa en unas 7 horas, casi sin detenernos... pero esa noche, en aquella hondonada, sirvió para derrumbarnos: lluvia, hacinamiento en una carpita, poca comida, frío... lo lógico de estar sobre los 3500 metros sobre el nivel del mar. Al día siguiente nos dábamos topetazos en las piedras al ver lo cerca que habíamos quedado de tener un lugar plano donde dormir. Hicimos de tripas corazón y enrrumbamos hacia la cumbre Acatenango... de ese momento de tortura es esta foto. Giovanni y Edgar iban adelante, ellos hicieron cumbre primero y, lógico, uno de los dos hizo esta foto (creo que fue Edgar, pero ya le preguntaré)... Roberto y yo... pues a paso de tortuga con cayos. Hay otra foto que ve, desde nuestra perspectiva de rezagados, a los dos que van delante... la voy a colocar acá otro día y con ella daré fin a este relato. ¿Les parece?
Camino 16
Guardarse el enojo. Pero más, guardarse la humillación de la propia ignorancia. En ese entonces, no sé ahora, el Volcán San Pedro tenía la cumbre cubierta de árboles... nosotros no lo sabíamos y fuimos a chocar de narices contra lo espeso de la vegetación sin creer, hasta hoy día, que habíamos hecho cumbre. Foto de grupo: al fondo, encendiendo un cigarrillo (el enésimo) yo, Daniel; con gorra verde y camisa negra: Dany; con camisa rojo y blanco, enseñando la mazorca y haciendo la señal de peace & love: Alvaro; abajo, con camisa blanca y gorra multicolor: Roberto y, con la mirada perdida y las piernas estiradas: Olivia. Por eliminación, la foto fue tomada por Edgar que también iba en ese viaje.
El ascenso fue matador, vaya volcán para ser difícil. Perdimos la ruta en la oscuridad de un cafetal que más parecía un laberinto y que nos restó tiempo, además de obligarnos a pasar la noche en las faldas del volcán, a la orilla del camino. Luego, al día siguiente, completamos el martirio del resbaladero que era la ruta, por lo empinado, húmedo y lodoso, hasta llegar a esa planicie con árboles burlones. Alvaro, por su condición de ser el más pequeñito del grupo, tuvo que sopotar nuestros intentos de subirlo a un árbol usando una cuerda... que absurdo es decirlo, pero en ese entonces parece que éramos más lúdicos que lógicos. Vaya... también es digno de recordar el desconcertante proceder de Dany... desde Panajachel (¿o desde Guate?), venía arrastrando no sé qué dolencia por una fémina con nombre que empezaba con la letra K... ahora me causa gracia, pero en aquel entonces pues enojaba un poco, sabiendo las penurias que pasábamos para poder juntarnos y salir... El ahora ya no es de penurias sino de algo parecido a la sobrevivencia, tal vez no económica (digo, no tanto como en ese año), sino emocional, sentimental, ideológica... de la vida toda.
El ascenso fue matador, vaya volcán para ser difícil. Perdimos la ruta en la oscuridad de un cafetal que más parecía un laberinto y que nos restó tiempo, además de obligarnos a pasar la noche en las faldas del volcán, a la orilla del camino. Luego, al día siguiente, completamos el martirio del resbaladero que era la ruta, por lo empinado, húmedo y lodoso, hasta llegar a esa planicie con árboles burlones. Alvaro, por su condición de ser el más pequeñito del grupo, tuvo que sopotar nuestros intentos de subirlo a un árbol usando una cuerda... que absurdo es decirlo, pero en ese entonces parece que éramos más lúdicos que lógicos. Vaya... también es digno de recordar el desconcertante proceder de Dany... desde Panajachel (¿o desde Guate?), venía arrastrando no sé qué dolencia por una fémina con nombre que empezaba con la letra K... ahora me causa gracia, pero en aquel entonces pues enojaba un poco, sabiendo las penurias que pasábamos para poder juntarnos y salir... El ahora ya no es de penurias sino de algo parecido a la sobrevivencia, tal vez no económica (digo, no tanto como en ese año), sino emocional, sentimental, ideológica... de la vida toda.
Salto Temporal 15
Hice costumbre durante varios años el dejar todo y marcharme. No era novedad para nadie, porque saben bien que tiendo a desaparecer, a no dejar huella de mi paso, a no dejar pistas de mi paradero. Pero éstas veces fue distinto. Fue entre los años 1998, 1999 y 2000. Hacía maleta el 27 ó 28 de diciembre y me iba a Monterico, Taxisco, Santa Rosa. Playa lejana, solitaria, cosmopolita. Un libro, una libreta de notas, mil añoranzas y la cura de la distancia y de soledad. Poner píe en el embarcadero de la Avellana para cruzar el canal de Chiquimulilla era ya estar lejos, era ese estar solo que tanto bien me hacía en esos años de frustraciones, desamores, sobresaltos y depresión. En esos años de amigos miles, música mil, alegrías desaforadas, borracheras de antología, me hacía bien el abandonarlo todo. En las últimas salidas pues convocaba a mis más cercanos, a los amigos de siempre. Esta foto pertenece a ese último año... creo. Esa vez me hizo compañía Edgar y con él hicimos una serie de fotos en las cuáles no aparecemos nosotros, ya estábamos un poco hartos del retrato, del querer dejar constancia de nuestros lugares y nuestros rostros. Partimos de regreso a "la ciudad y la trampa" antes del año nuevo, para estar con nuestras familias. Queda esta imagen para tratar de colocar en ese mapa mental esos momentos. Lo que se dijo y se pensó, lo que se soñó o se sintió entre pesadillas durante cada estancia por ese paraiso, pues no es incumbencia de este portal, es materia de hablarlo cara a cara. Prometo no ocultar nada.
Salto Temporal 14
Ceremonia larga y tediosa. En el rostro de Adelaida se nota mejor el aburrimiento al que hago referencia. Corría el año de... no recuerdo. El lugar es Cobán, Alta Verpáz. Los implicados en este viaje pues eramos muchos. Incluyendo a Juan y Adelaida que nos dieron el motivo para la movilización, ya que, en ese acto, ellos recibirían los premios que los acreditaban como ganadores de los certámenes de cuento y poesía de los Juegos Florales de esa localidad. ¿Quiénes más? Pues recuerdo a Juan Pablo y Fredy, que fueron mis compañeros de viaje ese día y de habitación esa noche. Afuera llovía. Después del acto, pues tacos en el parque y una parada estratégica para tomar cerveza en un bar cercano al hotel donde nos quedábamos. No recuerdo bien las intimidades del acto, yo la hacía de fotógrafo con una reluciente Cannon AE1 que luego nos acompañó por mucho rato más. Juan y compañía tenían lugar donde quedarse, en la casa de alguien y no pudimos compartir mucho esa noche. Adelaida tenía toque de queda porque la acompañaba su mamá y su hermana. ¿Qué más decir? Ah, sí... la estupidéz del rancio abolengo Cobanero... su manía por la grandilocuencia... su avejentado militarismo.
Camino 15
¡Hoy sí! Empiezo con las de Acatenango, historias de sangre, sudor y lágrimas. Esta foto corresponde al segundo intento de ascenso que hicimos a ese volcán. En la foto: Daniel, Mario y Roberto. La locación, la parte de bosque nuboso que tiene el coloso en sus faldas sobre los 2500 msnm. El fotógrafo: el automático de la zenith de marras. Esa vez llegamos a la cumbre Yepocapa casi gateando... tal vez fruto de esas malas noches que nos recetábamos por dormir a la intemperie, sin carpa ni bolsas de dormir. Ya allá arriba pues sacamos a relucir nuestro cobre, porque un grupo de colegas andinistas (¡chila mier...!) nos pidió que les tomáramos fotos con nuestra cámara. Y la pobre zenith ya estaba para el arrastre... no corría los rollos con los que se le alimentaba... lo más seguro fue que les dimos a los pobres chavos un rollo virgen y sus poses de machines en los cráteres se quedaron en el olvido, en ese olvido, especie de polenta espesa, que tanto cuesta conjurar.
Camino 14
Un post anterior tiene una foto del día después de ésto. Es aquel que le dedico de forma descarada a Regina, foto tomada cuando ya ibamos para abajo de este volcán (el de Agua). Acá vamos para arriba. Apenas ibamos tomando impulso en la subida y ya la lluvia había hecho el trabajo de dejar el camino como un muladar. Y, precisamente en ese muladar, encontramos al chavo que, queriéndo llevárselas de superman, cargaba con las mochilas de las tres damitas que acompañan la foto (además de Regina, claro está). Los otros supermanes, es decir, Mario, Roberto y yo, pues amablemente nos ofrecimos a ayudarlas. Cada oveja con su pareja y seguimos pa' arriba. Resultaba exacto: cuatro hombres, cuatro mujeres, pero nadie se decidía a atacar. Yo no dudé ni un momento (incluso cuando Roberto se metió el zapotazo que obligó a que le sacáramos cosas a su mochila y las metiéramos en la mía) y me le pegué (marca fija) a la chava del suéter negro y pantalón acid wash ochentero que está a la par de Roberto. ¿Quiéren saber como se llamaba? ¿Creen que no me acuerdo? ¡Já! Dicen que un caballero no tiene memoria, pero como yo ni de lejos soy uno de esos, pues me acuerdo bien, se llamaba: Lida.
La foto de grupo es también un ritual. Las condiciones no ayudaban, como ya expliqué antes (cámara, lente, flash... etc.). Lo que no recuerdo es cómo se llamaban las otras chavitas... lo ignoro... y mucho menos el superman ese...
Las cosas son eso mismo... memoria de la memoria misma.
La foto de grupo es también un ritual. Las condiciones no ayudaban, como ya expliqué antes (cámara, lente, flash... etc.). Lo que no recuerdo es cómo se llamaban las otras chavitas... lo ignoro... y mucho menos el superman ese...
Las cosas son eso mismo... memoria de la memoria misma.
miércoles, 15 de agosto de 2007
Postdata a Camino 13
Las ramas de la ceiba le tapan la frente al Ché... pero se logra ver mejor el detalle de lo hecho hace 10 años... ¡ah! las fotos son también de Fernando Q.
Se me olvidaba decir la locación del mural: a un costado de la rampa de acceso al Edificio de Recursos Educativos (Biblioteca Central), Campus zona 12, Universidad de San Carlos de Guatemala.
Se me olvidaba decir la locación del mural: a un costado de la rampa de acceso al Edificio de Recursos Educativos (Biblioteca Central), Campus zona 12, Universidad de San Carlos de Guatemala.
Camino 13
Quería guardar esta imagen para octubre. Pero el volver a encontrarnos con Dany me empuja a buscar en la memoria las imágenes que nos unen y nos separan. Este mural es obra de la insistencia. Nos empujaron (¿verdad Danilo?) a pintarlo en poquito tiempo y la cosa era que se conmemoraba un aniversario más de la muerte de Ernesto Guervara (30 años). Nunca en mi mente pasó que iba a ser parte de algo tan grande. Aunque se hizo en dos etapas distintas y con gente distinta cada vez. La primera parte fue en 1997 (hace 10 añitos), en esa fase participamos Dany, Roberto y yo, además de un montón de gente que nos echaba una mano para sacar los detalles gruesos de pintura (como el color celeste del fondo o el rojo del mapa). Subidos en un improvisado andamio logramos trabajar incluso de noche y bajo la lluvia y pintar, en ese entonces, el rostro del Ché, el de Tania y el mapa. Se inauguró el mismísimo 8 de Octubre de ese año y fue primera plana de un periódico matutino. La segunda fase fue un año después y no quise participar en ella. Tenía una fuerte aversión a trabajar con Julio, nuestros caracteres chocaban y abandoné a Dany a su suerte. No sé si Roberto pintó algo esa vez, creo que no. El caso es que esa segunda fase incluye la parte baja (montañas y combatientes) y una milpa que tiene unos rostros que no aparece en la foto (rostros de Rolando Morán, ¿Rogelia Crúz? y ¿Turcios?, no sé...). Nadie nos da crédito por lo hecho y creo que es mejor. El mural habla por si solo y nos grita que la vida sigue.
domingo, 12 de agosto de 2007
Salto temporal 13
Bueno. Acá estamos también en San Pedro la Laguna. A los de la foto anterior se les suman Roberto (segundo de izq. a der.) y Guillermo (quinto de izq. a der.). La noche anterior nombramos a Guillermo "Novato del Año", aunque eso no bastó y todavía le debemos la salida original y las razones que nos pusieron, al final, en este lugar. La idea era subir el volcán Tajumulco y paramos por una razón u otra en San Pedro. Improvisamos una fogata en la playa pública y nos atascamos con la poca comida que llevabamos para sobrevivir en un volcán. Esa vez Edgar llegó después. Le llamamos por teléfono y le dijimos que estábamos por ahí y, ni lerdo ni perezoso, llegó y se unió al absurdo que no nos perdoná aún Guillermo. Ojalá el mundo nos alcance para pagarle algún día.
Salto temporal 12
La idea es hacer un par de comparaciones en tiempo y espacio. Primero, esta vez sólo estábamos Giovanni, Edgar y yo. Este lugar se llamaba "Vaya vos" y ya no existe. La locación exacta es San Pedro la Laguna, Sololá. Esa vez llegué yo sólo primero y luego llegaron ellos dos. ¿Por qué? No lo recuerdo. El caso es que esta foto es una excusa, algo conceptual. Con esta también le digo "felíz cumpleaños a Giovanni" y espero que este tipo de salidas sin un por qué aparente se pueda repetir en un futuro no muy lejano. Ya viene la otra foto. Otras razones, otras gentes, otras circunstancias.
miércoles, 1 de agosto de 2007
"El patio de mi casa...
...es particular, cuando llueve se moja, como los demás. Agachénse, y vuélvanse a agachar..."
Juan, Olga, Sara y Efra me recibieron como no creo merecerlo. Se los agradezco siempre, porque mil veces intenté ir a San Cristobal y mil veces fallé y, cuando al fin lo logré, ellos seguían esperándome. Y plenos mis sentidos, felices mis ojos y mis brazos los recienten todavía. Espero que pronto vuelvan, espero que pronto nos volvamos a ver.
Juan, Olga, Sara y Efra me recibieron como no creo merecerlo. Se los agradezco siempre, porque mil veces intenté ir a San Cristobal y mil veces fallé y, cuando al fin lo logré, ellos seguían esperándome. Y plenos mis sentidos, felices mis ojos y mis brazos los recienten todavía. Espero que pronto vuelvan, espero que pronto nos volvamos a ver.
Camino 12
Mis ojos se llenaron de lágrimas. En serio. No tener ni idea de que algo así se pueda construír y de pronto dar la vuelta en la esquina y que tus ojos vean eso. Ni siquiera las gruas le restan belleza. Y el perfecto cielo azul. La vida se vuelve bonita. Y la visión de Gaudí es vida y es bonita. Esta es la Sagrada Familia, vista desde enfrente del parque que lleva el mismo nombre y viendo la fachada de la Pasión, una de las partes más nuevas en ser edificadas del conjunto monumental de la iglesia. Los apabullantes sesenta metros de cada torre y ¡poder subir a cada una de ellas! (pagando los 8 euros de la entrada y los 2 euros de cada ascensor, puff...). Pero vale la pena. Esta Barcelona a ojos cerrados que se antoja irreal, esta Barcelona a ojos abiertos que se palpa y se vive. Se antoja Gaudí, a diario.
lunes, 23 de julio de 2007
Camino 11.1
Este es el exterior del museo Dalí en Figueres. Yo también pensé lo mismo: ¡Huevos!.
Disenado por el mismísimo Dalí, es un castillo, es un palacio, era y es un teatro, es un laberinto, es un domo, es muchas cosas, tiene una plaza frontal que imita las plazas medievales, tiene sus monumentos, su historia y su iconografía, tiene la tumba de Dalí en sus entrañas. Tiene huevos. Comparen el tamaño de estos huevotes con los carros que circulan la calle lateral.
Mikell fue a buscar donde aparcar el carro, tomé esta foto y con Martina nos encaminamos a la entrada. Ella a revisitar el lugar, yo a buscar el sueño inutil de ver y sentir ese algo que no se puede compartir.
Disenado por el mismísimo Dalí, es un castillo, es un palacio, era y es un teatro, es un laberinto, es un domo, es muchas cosas, tiene una plaza frontal que imita las plazas medievales, tiene sus monumentos, su historia y su iconografía, tiene la tumba de Dalí en sus entrañas. Tiene huevos. Comparen el tamaño de estos huevotes con los carros que circulan la calle lateral.
Mikell fue a buscar donde aparcar el carro, tomé esta foto y con Martina nos encaminamos a la entrada. Ella a revisitar el lugar, yo a buscar el sueño inutil de ver y sentir ese algo que no se puede compartir.
Camino 11
Ese día salimos temprano. En el auto ibamos Mikell (al volante), Martina (atrás, leyendo el libro de la catedral de Santa María del Mar) y yo en el puesto de copiloto, tratando de saciar mi sed de caminos a través del windshield y de la ventanilla lateral del carro. La ruta es una autopista muy bien acondicionada que por no sé cuántos kilómetros (400 o algo así), nos llevó desde Sant Cugat hasta Figueres. El objetivo de la travesía: visitar el museo Dalí.
El cielo gris no importa tanto, estos rótulos de carretera los fui fotografiando durante todo el rato, era algo así como para tratar de hacerme la idea de que este humilde vagabundo estaba a tiro de piedra de ver de cerca la obra de ese ser tan repulsivamente genial. Y también para tratar de hacerme creer que ahí nomás, a unos pasos estaba la frontera con Francia...
El cielo gris no importa tanto, estos rótulos de carretera los fui fotografiando durante todo el rato, era algo así como para tratar de hacerme la idea de que este humilde vagabundo estaba a tiro de piedra de ver de cerca la obra de ese ser tan repulsivamente genial. Y también para tratar de hacerme creer que ahí nomás, a unos pasos estaba la frontera con Francia...
sábado, 14 de julio de 2007
Salto temporal 11
Esta foto contiene la razón de ser de este blog. Es mi manera de aceptar la gran perdida que hemos sufrido, es mi homenaje a este rostro grabado en el tiempo y que abandona poco a poco los resquicios de la memoria.
Ellos son parte del tropel que menciono en el post anterior. De izquierda a derecha: Paula, Marta Inés, Ixquic (de espaldas), Pavel, Richimen y Vitimen. El volcán es el Chikabal. Y las sonrisas son ciertas y el ambiente era ese: camaradería y plática, juegos de ajedréz e intentos de pescar algo.
Richimen nos abandonó fisicamente hace muy poco tiempo, y este blog y este post son en honor a él, mi amigo, mi hermano quien, entre otras cosas, fue parte de esa colada original que subío el Chikabal desde una locación extraña y casi fuera de mapa, él, Edgar, Roberto y yo, fuimos los primeros en conocer esa maravilla y luego nos dimos a la tarea de llevar a los amigos y amigas y decirles que era ciera la existencia de este "el paraiso menos cuarto".
No quiero resumir mi historia al lado de ellos, al lado de Richimen en este post solitario. Ya veré cómo hacerlo presente otra vez. Afortunadamente él supo que lo quiero mucho.
Ellos son parte del tropel que menciono en el post anterior. De izquierda a derecha: Paula, Marta Inés, Ixquic (de espaldas), Pavel, Richimen y Vitimen. El volcán es el Chikabal. Y las sonrisas son ciertas y el ambiente era ese: camaradería y plática, juegos de ajedréz e intentos de pescar algo.
Richimen nos abandonó fisicamente hace muy poco tiempo, y este blog y este post son en honor a él, mi amigo, mi hermano quien, entre otras cosas, fue parte de esa colada original que subío el Chikabal desde una locación extraña y casi fuera de mapa, él, Edgar, Roberto y yo, fuimos los primeros en conocer esa maravilla y luego nos dimos a la tarea de llevar a los amigos y amigas y decirles que era ciera la existencia de este "el paraiso menos cuarto".
No quiero resumir mi historia al lado de ellos, al lado de Richimen en este post solitario. Ya veré cómo hacerlo presente otra vez. Afortunadamente él supo que lo quiero mucho.
Salto temporal 10
Ahora no sé que escribir bajo esta foto. Creánme que me duele no tanto el lugar o ella sino el contexto y las compañías de ese viaje. Laguna de Volcán Chikabal en Xela. Hace años de esto y todavía no logro asimilar las fotos. No sé que piensa Paula... es ella y el árbol caído, la laguna en calma, la noche anterior de ascenso acompañados por Edgar y caminando desde muy lejos. La llegada del tropel que alegró nuestra estancia y ese cielo que abre la escotilla y nos suelta lluvia y más lluvia. Ese rato de sol fue raro y ella lo aprovecha para estar y sentirse.
Hoy constato que no puedo hacer pequeño mi afecto por ella, está lejos, es cierto, pero trato de mantener vivo su recuerdo y que sepa que siempre estoy para ella, aunque el tiempo, la distancia, los caminos y fronteras que ambos cruzamos nos separen.
Déjenme contemplarla en paz y en el pasado. Tan sólo eso pido.
Hoy constato que no puedo hacer pequeño mi afecto por ella, está lejos, es cierto, pero trato de mantener vivo su recuerdo y que sepa que siempre estoy para ella, aunque el tiempo, la distancia, los caminos y fronteras que ambos cruzamos nos separen.
Déjenme contemplarla en paz y en el pasado. Tan sólo eso pido.
Salto temporal 9
De izquierda a derecha: Mario, Roberto, yo y Regina. A ella va dedicado este post.
Sentados en las faldas del volcán de Agua en Sacatepequez. Bajando a Santa María de Jesús, poblado que inicia y concluye este ascenso. La foto es un ritual que teníamos ya previsto desde el inicio de nuestras salidas juntos: Después de pasar toda una noche con el gorro puesto, pues tomarnos una foto con el cabello tal y como quedara cuando nos lo quitaramos, por eso todos tenemos la cabeza descubierta y miramos sonrientes el foco de la cámara que en automático nos toma la foto.
Regina era compañera de trabajo en aquella agencia de publicidad de poca monta y pocas pulgas, ella -si no me equivoco- era la secretaria de medios y nos hicimos amigos durante los almuerzos y las pequeñas escapadas que ella hacía hasta el dapartamento de arte de la agencia, lugar de trabajo de estos huesos cansados. Supo que subíamos volcanes (en realidad tan sólo habíamos subido juntos el volcán Acatenango) y pidió unirse a la siguiente salida. Y fue esta. Yo serví de guía. Para Roberto y Mario y también para Regina, era su primera vez en este circo disfrazado de volcán, para mi era algo así como la tercera o cuarta, creo. En el camino hacia arriba pasaron cosas que ya contaré. En la cumbre (en el cráter) pasaron cosas más (la rockola entre ellas ¿verdad Zorrito?) y el descenso fue algo tenso y desequilibrado.
Esta foto muestra rostros sonrientes y cansados, rostros que se pierden en la memoria y en esas promesas de "nunca más" y similares. Pero Regina está con nosotros ahora. Puede ser que nunca llegue a ver este post...
Sentados en las faldas del volcán de Agua en Sacatepequez. Bajando a Santa María de Jesús, poblado que inicia y concluye este ascenso. La foto es un ritual que teníamos ya previsto desde el inicio de nuestras salidas juntos: Después de pasar toda una noche con el gorro puesto, pues tomarnos una foto con el cabello tal y como quedara cuando nos lo quitaramos, por eso todos tenemos la cabeza descubierta y miramos sonrientes el foco de la cámara que en automático nos toma la foto.
Regina era compañera de trabajo en aquella agencia de publicidad de poca monta y pocas pulgas, ella -si no me equivoco- era la secretaria de medios y nos hicimos amigos durante los almuerzos y las pequeñas escapadas que ella hacía hasta el dapartamento de arte de la agencia, lugar de trabajo de estos huesos cansados. Supo que subíamos volcanes (en realidad tan sólo habíamos subido juntos el volcán Acatenango) y pidió unirse a la siguiente salida. Y fue esta. Yo serví de guía. Para Roberto y Mario y también para Regina, era su primera vez en este circo disfrazado de volcán, para mi era algo así como la tercera o cuarta, creo. En el camino hacia arriba pasaron cosas que ya contaré. En la cumbre (en el cráter) pasaron cosas más (la rockola entre ellas ¿verdad Zorrito?) y el descenso fue algo tenso y desequilibrado.
Esta foto muestra rostros sonrientes y cansados, rostros que se pierden en la memoria y en esas promesas de "nunca más" y similares. Pero Regina está con nosotros ahora. Puede ser que nunca llegue a ver este post...
Ataque narcisista al Salto temporal 8
Soy afortunado de tener amigos que toman fotografías tan buenas como esta. No lo digo porque yo salga en ella. Lo digo porque la foto captura ese momento de paz en el mirador de las faldas del Cerro Quemado en Xela. Es el mirador del tronco quemado (a mis espaldas) y en mis píes el polvo del camino y en mi rostro la contemplación o la evasión de este mundo estúpido que nos aleja de todo esto. Mis filosas manos reposadas en mi regazo y el sueño que me duvuelve -todo- hasta ese momento, ese día, esa sensación de vida total.
viernes, 13 de julio de 2007
Salto temporal 8
Esta imagen, este post, se lo debo desde el inicio del blog a uno de mis hermanos de aventura y de vida, se lo debo a Edgar. Ya he dicho en otro post que él es la calma en el camino fácil y el tractor del camino difícil, el que pone orden y calma, el que ante todo sabe guíar. Nosotros le decimos a esa labor ser "el ubicado", el que a pesar que a los demás todo les parezca verde y árboles y piedras, sabe cuál es la ruta a seguir y, machete en mano, nos saca del apuro y nos lleva a felíz cumbre.
Hoy él comparte su vida y su felicidad de ser con su compañera y su hijo, Antonio Alejandro, al que nosotros poco habremos de enseñarle, porque nos hacemos viejos mientras él alcanza su juventud. Ya Antonio decidirá si sigue los pasos gigantes de su padre (en todo sentido), ya él nos verá añorar la escapada y la dureza del descampado, ya él dirá.
Pero, mientras tanto y, mientras todos duermen, yo me dedico a buscarlos en la memoria gráfica de estas fotografías. Y en esta Edgar sube pausado y firme las faldas del Cerro Quemado en Xela, expedición favorita, tanto que la hemos hecho recientemente con Giovanni y Guillermo (fue ascenso frustrado para Roberto) y esperamos volver a ese lugar mágico, siempre amigos, siempre juntos pero menos jóvenes.
Hoy él comparte su vida y su felicidad de ser con su compañera y su hijo, Antonio Alejandro, al que nosotros poco habremos de enseñarle, porque nos hacemos viejos mientras él alcanza su juventud. Ya Antonio decidirá si sigue los pasos gigantes de su padre (en todo sentido), ya él nos verá añorar la escapada y la dureza del descampado, ya él dirá.
Pero, mientras tanto y, mientras todos duermen, yo me dedico a buscarlos en la memoria gráfica de estas fotografías. Y en esta Edgar sube pausado y firme las faldas del Cerro Quemado en Xela, expedición favorita, tanto que la hemos hecho recientemente con Giovanni y Guillermo (fue ascenso frustrado para Roberto) y esperamos volver a ese lugar mágico, siempre amigos, siempre juntos pero menos jóvenes.
miércoles, 11 de julio de 2007
Camino 10
Y esta es la parte baja del mural (para terminar de hablar de él).
Está inconclusa. Tiene los daños lógicos de la intemperie y de la barbarie... algunos golpes blancos que se le ven son balazos... pero hace diez años que trabajamos en él y ha pasado el tiempo. Sin embargo lo siento bien conservado (sin ironía). Resiste más que muchas otras cosas. La idea de los círculos era que fueran relojes que van marcando tiempo en retroceso, es decir, desde que todo era limpio y puro (pristino), hasta la destrucción que todos provocamos día a día y paso a paso sobre la tierra. Hay detalles que me espantan de esta parte del tríptico, como las lápidas con cruces de postes de energía eléctrica... no sé que fumabamos en ese entonces (pero servía jejeje)...
Uno menos. Los murales que pintamos en la San Carlos son pocos, pero ya iremos poniendo un poco de cada uno.
Y sí, la memoria es cosa de a diario.
PD.: Las fotos son obra de Fernando Q.
Está inconclusa. Tiene los daños lógicos de la intemperie y de la barbarie... algunos golpes blancos que se le ven son balazos... pero hace diez años que trabajamos en él y ha pasado el tiempo. Sin embargo lo siento bien conservado (sin ironía). Resiste más que muchas otras cosas. La idea de los círculos era que fueran relojes que van marcando tiempo en retroceso, es decir, desde que todo era limpio y puro (pristino), hasta la destrucción que todos provocamos día a día y paso a paso sobre la tierra. Hay detalles que me espantan de esta parte del tríptico, como las lápidas con cruces de postes de energía eléctrica... no sé que fumabamos en ese entonces (pero servía jejeje)...
Uno menos. Los murales que pintamos en la San Carlos son pocos, pero ya iremos poniendo un poco de cada uno.
Y sí, la memoria es cosa de a diario.
PD.: Las fotos son obra de Fernando Q.
martes, 10 de julio de 2007
Camino 8
Tengo pruebas y testigos: Yo fui complice de la realización de esta pinta con ínfulas de mural. Dany, Roberto et moi. La gente de la asociación de estudiantes de Farmacia nos habló para pintar un mural con tema ecologista. Escogimos las ideas y nos ofrecieron que, si bien no iban a pagarnos por el trabajito, nos podían dar el almuerzo y cigarros para el día. Nos dieron la pintura, los pinceles, el andamio (es un tríptico, pero la primera escena está a unos ocho metros de altura). Tuvimos que lidiar con nuestros miedos y con nuestras limitaciones como artistas, trabajamos poco y muy despacio en esas dos partes, la idea era que usaramos el andamio el menor tiempo posible, ya que al llegar a la parte baja del tríptico podríamos simplemente subirnos en un tonel y llegar a la altura requerida... pero las cosas eran distintas, pleno 1997, cada uno de nosotros buscaba como sobrevivir en la jungla de la recien estrenada posguerra... Roberto trabajaba en la fillers (creo...), Dany se desaparecía y yo, pues estaba en AEU y le dedicaba tiempo a dios y al diablo...
Mejor describo estas dos partes del tríptico (antes de caer en el pozo teológico y moral, jejeje):
Arriba: el tiempo se ha acabado y la evolución ha triunfado sobre el hombre. Mariposas mutantes, arañas monstruosas y cucarachas de un metro de largo son las únicas sobrevivientes del apocalipsis ecológico... el centro de la composición es un gigante reloj, en cuya arena se ven las últimas huellas de pizadas del hombre.
Al medio: Separadas por una calavera de humo (que sin la chimenea de la cafetería ya no tiene sentido), dos escenas de lo mismo. Deforestación y contaminación en una y la huida de la humanidad hacía otros estadíos en la otra. Esta última es la parte que más me gusta del mural completo.
Abajo... pues ya veremos que hay abajo.
Mientras tanto, revuelvo fotos viejas para encontrar una que me acaba de dar Roberto y en la que aparecemos pintando la escena de arriba. Y claro, el pasado es escurridizo sin una pequeña ayuda de mis amigos.
Mejor describo estas dos partes del tríptico (antes de caer en el pozo teológico y moral, jejeje):
Arriba: el tiempo se ha acabado y la evolución ha triunfado sobre el hombre. Mariposas mutantes, arañas monstruosas y cucarachas de un metro de largo son las únicas sobrevivientes del apocalipsis ecológico... el centro de la composición es un gigante reloj, en cuya arena se ven las últimas huellas de pizadas del hombre.
Al medio: Separadas por una calavera de humo (que sin la chimenea de la cafetería ya no tiene sentido), dos escenas de lo mismo. Deforestación y contaminación en una y la huida de la humanidad hacía otros estadíos en la otra. Esta última es la parte que más me gusta del mural completo.
Abajo... pues ya veremos que hay abajo.
Mientras tanto, revuelvo fotos viejas para encontrar una que me acaba de dar Roberto y en la que aparecemos pintando la escena de arriba. Y claro, el pasado es escurridizo sin una pequeña ayuda de mis amigos.
domingo, 24 de junio de 2007
Salto temporal 7.2
Hace su aparición Eva. Y con ella la magia propia de su mediterranea presencia, y con ella la magia avasallante de la naríz roja. Las dos magias han hecho mella en mi. La de Eva que supo tener paciencia en los ejercicios del curso de Clown con Koldo. Aún hoy puedo decir que cuento con Eva.
Y de la naríz roja... pues ya habrán tiempos para hablar de ella y levantarla como estandarte de mi nueva vida. De esta vida que se llena -gracias a la naríz roja- de apacibles sobresaltos.
Y de la naríz roja... pues ya habrán tiempos para hablar de ella y levantarla como estandarte de mi nueva vida. De esta vida que se llena -gracias a la naríz roja- de apacibles sobresaltos.
jueves, 21 de junio de 2007
Solsticio de Verano
jueves, 14 de junio de 2007
Salto temporal 7.1
Previo a este sueño tangible (el que me espera cerca, el de almohada y morfeo), suelto estas palabras para que sean. Y mi sueño intangible me coloca en Sant Cugat, en el curso de Clown, estoy sentado y veo de frente a Sergi, Eva, Germán, Danilo (que, de nuevo, es autor de esta foto) y a Koldo.
Koldo. Fotografiado mientras platica con Ana, Jordi y yo. Nos dió las instrucciones para improvisar sobre una idea y lo hicimos bastante fatal. Pero él no lo dijo. Yo lo pensé y lo digo ahora. Los juicios están a la orden del día. No para Koldo.
Este curso se prolongó por dos días más... luego de eso (y durante ese tiempo), tuve la oportunidad de conocer la verdadera cara de Koldo. Compartíamos habitación en el número 13 1o. 1a. de la calle S. Ma. Y de ahí y de antes y de después viene este cariño que ahora le tengo y que, pobre de mi, no sé expresar claramente.
Este curso se prolongó por dos días más... luego de eso (y durante ese tiempo), tuve la oportunidad de conocer la verdadera cara de Koldo. Compartíamos habitación en el número 13 1o. 1a. de la calle S. Ma. Y de ahí y de antes y de después viene este cariño que ahora le tengo y que, pobre de mi, no sé expresar claramente.
miércoles, 13 de junio de 2007
Salto temporal 7
Hola noche, de nuevo eres tú. Y en tu centro: Ana. Rostro de niña, amiga nueva, mundo nuevo y desconocido, universo viejo y familiar. Y mis manos (hoy) comparten la sorpresa de tu rostro (ayer)... nada de ti me es cercano o familiar... pero en el recuerdo está tu mirada y tu sonrisa y tu asombro por todo esto que sucede a diario y eso sí que lo comparto y me acerca a esa tu imagen que...
Cuando Danilo tomó esta foto yo estaba a la par tuya, compartiendo las palabras de Koldo... eramos Jordi, tú y yo, primerizo clown yo, pacientes compañeros ustedes...
Y la tarde y la noche se dejaban reconocer en Sant Cugat... y mis sueños despertaban a un futuro que ya es hoy.
Hola día, de nuevo eres tú.
Cuando Danilo tomó esta foto yo estaba a la par tuya, compartiendo las palabras de Koldo... eramos Jordi, tú y yo, primerizo clown yo, pacientes compañeros ustedes...
Y la tarde y la noche se dejaban reconocer en Sant Cugat... y mis sueños despertaban a un futuro que ya es hoy.
Hola día, de nuevo eres tú.
lunes, 11 de junio de 2007
Camino 7
Roberto estaba de vacaciones. Yo, sin trabajo, como tantas otras veces. Nos hablamos por teléfono y le dije en tono de broma: "aunque sea a Mixco Viejo hay que ir..."
Nunca bromees con un zorro que tiene tiempo y tiene motocicleta.
Apareció por mi casa una mañana y dijo que fueramos para ese lugar que años atrás habíamos visitado en un grupo bastante grande (tengo fotos de esa salida, ya haremos las comparaciones entre este rostro y el rostro de años atrás).
Pues nos subimos a la moto y agarramos camino. Nunca nos pasó por la mente que tendríamos que hacer más de cien kilómetros ese día... pero las cosas pasan por algo y llegamos tranquilamente hasta el sitio arqueológico de Mixco Viejo.
La foto está tomada con una camarita digital que mi hermano José compró hace años y que hoy ya es historia. Las imágenes que sacaba el chunche ese eran buenas o malas, sin término medio. Y esta imágen creo que es buena. Pleno medio día. Sombras duras al píe de los objetos. Roberto observa el horizonte colmado de pirámides mal reconstruidas (hasta el colmo de parecer que las hicieron ayer...). Yo tal vez fumaba un cigarro y trataba de escapar de la insolación.
El mundo giraba lento otra vez, por lo menos en las seis horas y resto que duró la expedición motorizada. El mundo giraba lento, lento.
Nunca bromees con un zorro que tiene tiempo y tiene motocicleta.
Apareció por mi casa una mañana y dijo que fueramos para ese lugar que años atrás habíamos visitado en un grupo bastante grande (tengo fotos de esa salida, ya haremos las comparaciones entre este rostro y el rostro de años atrás).
Pues nos subimos a la moto y agarramos camino. Nunca nos pasó por la mente que tendríamos que hacer más de cien kilómetros ese día... pero las cosas pasan por algo y llegamos tranquilamente hasta el sitio arqueológico de Mixco Viejo.
La foto está tomada con una camarita digital que mi hermano José compró hace años y que hoy ya es historia. Las imágenes que sacaba el chunche ese eran buenas o malas, sin término medio. Y esta imágen creo que es buena. Pleno medio día. Sombras duras al píe de los objetos. Roberto observa el horizonte colmado de pirámides mal reconstruidas (hasta el colmo de parecer que las hicieron ayer...). Yo tal vez fumaba un cigarro y trataba de escapar de la insolación.
El mundo giraba lento otra vez, por lo menos en las seis horas y resto que duró la expedición motorizada. El mundo giraba lento, lento.
domingo, 10 de junio de 2007
Postdata a Camino 6
He recibido el amable consejo. He saltado desde estos sueños haste las venerables ruinas de un pasado cercano, ajeno pero cercano y temible. Mis pasos son la caverna oscura no lo que me rodea o lo que parece rodear esta imagen en el espejo que proyecto de tiempo en tiempo.
Raudos, los coches son los fantasmas cromados de quienes los ocupan. La noche era otra. No era la de los consejos, ni la de la alegría fatal. Era ese tiempo en el que me abrazaba la cercanía de otros rostros que ahora no son.
Juan y yo giramos sobre nuestros talones y tomé esta foto... justo frente a la escalinata que desemboca en el templo de Santo Domingo (Camino 6), justo a tiempo para desandar camino y regresar al techo protector de casa, allí, en el número 28A...
Y los sueños me empujan otra vez hasta la sonrisa de ayer. Ese ayer en que me ilusionaba cantar:
"Roads go ever ever on,
over rock and under tree,
by caves where never sun has shone,
by streams that never find the sea:
Over snow by winter sown,
and through the merry flowers of June,
over grass and over stone,
and under mountains in the moon.
Roads go ever ever on,
under cloud and under star,
yet feet that wandering have gone
turn at last to home afar.
Eyes that fire and sword have seen
an horror in the halls of stone
look at last on meadows green
and trees and hills they long have known".
Raudos, los coches son los fantasmas cromados de quienes los ocupan. La noche era otra. No era la de los consejos, ni la de la alegría fatal. Era ese tiempo en el que me abrazaba la cercanía de otros rostros que ahora no son.
Juan y yo giramos sobre nuestros talones y tomé esta foto... justo frente a la escalinata que desemboca en el templo de Santo Domingo (Camino 6), justo a tiempo para desandar camino y regresar al techo protector de casa, allí, en el número 28A...
Y los sueños me empujan otra vez hasta la sonrisa de ayer. Ese ayer en que me ilusionaba cantar:
"Roads go ever ever on,
over rock and under tree,
by caves where never sun has shone,
by streams that never find the sea:
Over snow by winter sown,
and through the merry flowers of June,
over grass and over stone,
and under mountains in the moon.
Roads go ever ever on,
under cloud and under star,
yet feet that wandering have gone
turn at last to home afar.
Eyes that fire and sword have seen
an horror in the halls of stone
look at last on meadows green
and trees and hills they long have known".
sábado, 9 de junio de 2007
Camino 6
Necio. Quería esta foto a como diera lugar. Juan me acompañó esa noche (hace más de un mes), para reconocer SCdeLC por la noche. Es el templo de Santo Domingo, edificación que me dejó impresionado desde la primera vez que la vi y que me sirvió de punto de referencia para mi deambular por esa ciudad. Hice muchos intentos por que saliera bien y pues esta es la mejor de todas las que tomé y la única que sobrevivió en la memoria de mi cámara digital.
Valga decir que es más que mi memoria la que está en juego ahora al ver la foto, pues la realidad sobrepasa mis más caros deseos de trascender ahí, donde ahora no estoy.
Valga decir que es más que mi memoria la que está en juego ahora al ver la foto, pues la realidad sobrepasa mis más caros deseos de trascender ahí, donde ahora no estoy.
miércoles, 30 de mayo de 2007
Salto temporal 6
Ellas se llama Idoia, es Vasca, es la compañera de Gontxal. Llamaron por teléfono a casa un día y me dijeron que traían algo para Juan, que si podíamos vernos. Resultaron ser amigos de Edorta, un amigo en común y, pues, a pesar de no conocerlos, los busqué y me entregaron los regalos que traían para Juan (quien ya estaba radicado en SCdeLC) y yo no vería hasta tiempo después. Ese día nos vimos en Sophos Reforma y platicamos y tomamos café y bueno... aburridos ellos, aburrido yo, les dije que los acompañaba al centro y los dejaba en su hotel... lancé la piedra de que nos fueramos a píe y no se achicopalaron. Caminamos hasta la séptima avenida y trece calle, a su hotel. En el camino compraron una botella de ron (que preside la mesa) y entre trago y trago nos conocimos mejor. Después nos fuimos para las Cien Puertas y me enchachalaquecí tanto que preferí no regresar a casa y me quedé en casa del Waco (que entonces vivía en el edificio el Centro y me lanzó un cordón salvador), ellos se fueron para su hotel y ya... fin de la historia...
No supe de ellos más, hasta que ya se iban... los acompañé al aeropuerto y ya...
De vez en cuando un mail, de vez en cuando un olvido.
La vida sigue su curso.
No supe de ellos más, hasta que ya se iban... los acompañé al aeropuerto y ya...
De vez en cuando un mail, de vez en cuando un olvido.
La vida sigue su curso.
Salto temporal 5
Ya que andamos en b/n... pues el Volcán de Fuego pinta bien para estar entre estas imágenes. ¿La autoría de las fotos? Sepa... Unas son de Roberto, otras de Edgar, otras mías... pero se pierde la singularidad en pro de la colectividad y del compartir, luego, imágenes como esta.
Forma parte esta foto del álbum de la doble: Acatenango-Fuego. La hicimos una semana santa de hace años y todavía me acompaña en mis pesadillas lo sucedido en el intermedio de esa salida, eso que nos brindó la naturaleza y nuestro mal tino. Ya hablaré de eso en otro lugar.
También está en b/n porque es de la misma serie de la anterior (ver "Camino 4") y almanaque y trabajo y blah, blah, blah...
¿Creen que Mario se acordará que alguna vez tuvo la frescura de abandonarnos ahí, justo ahí?
Yo creo que no. No lo justifico en nada.
Sólo creo que la vida tiene sus vueltas de tuerca y que, por algo, Mario no verá esto.
Forma parte esta foto del álbum de la doble: Acatenango-Fuego. La hicimos una semana santa de hace años y todavía me acompaña en mis pesadillas lo sucedido en el intermedio de esa salida, eso que nos brindó la naturaleza y nuestro mal tino. Ya hablaré de eso en otro lugar.
También está en b/n porque es de la misma serie de la anterior (ver "Camino 4") y almanaque y trabajo y blah, blah, blah...
¿Creen que Mario se acordará que alguna vez tuvo la frescura de abandonarnos ahí, justo ahí?
Yo creo que no. No lo justifico en nada.
Sólo creo que la vida tiene sus vueltas de tuerca y que, por algo, Mario no verá esto.
Camino 5
En blanco y negro. ¿Qué talito?
Pero sólo gracias al photoshop. El original está a colores, pero guardo un archivo de esta y otras fotos en blanco y negro porque alguna vez las usamos para adornar un calendario que nos pidieron hacer a Edgar y a mi.
Corresponde la foto a una épica salida hacia la cumbre del volcán Zunil en Quetzaltenango. En la foto se observan los volcanes Santa María y Cerro Quemado (izquierda el primero, derecha y más bajito el segundo). También tengo más fotos de esa salida. Y anécdotas que provocan ira y risa. ¿Se recuerdan de don Max? Pues esa vez ibamos con él. Aunque más nos hubiera valido ir solos. A Roberto todavía le ha de doler aquella linterna que se hizo perdediza en manos de tan reprochable personaje. Aunque, a favor de don coso, he de decir que nos empujó a hacer esta ruta y aprenderla de memoria y llegar, tiempo después, con nueva y feliz gente de grata recordación.
Allí queda, entonces, la silueta de otros sueños de ayer.
Pero sólo gracias al photoshop. El original está a colores, pero guardo un archivo de esta y otras fotos en blanco y negro porque alguna vez las usamos para adornar un calendario que nos pidieron hacer a Edgar y a mi.
Corresponde la foto a una épica salida hacia la cumbre del volcán Zunil en Quetzaltenango. En la foto se observan los volcanes Santa María y Cerro Quemado (izquierda el primero, derecha y más bajito el segundo). También tengo más fotos de esa salida. Y anécdotas que provocan ira y risa. ¿Se recuerdan de don Max? Pues esa vez ibamos con él. Aunque más nos hubiera valido ir solos. A Roberto todavía le ha de doler aquella linterna que se hizo perdediza en manos de tan reprochable personaje. Aunque, a favor de don coso, he de decir que nos empujó a hacer esta ruta y aprenderla de memoria y llegar, tiempo después, con nueva y feliz gente de grata recordación.
Allí queda, entonces, la silueta de otros sueños de ayer.
martes, 29 de mayo de 2007
Camino 4
A esa altura no se habla del cansancio, todavía. Porque en un viaje de esos tenemos como regla tácita no hablar del cansancio hasta que nos veamos días después y nuestras heridas y nuestras almas estén reposadas. Entonces, el camino todavía se presta para detenerse y tomarse una foto o dos y declarar al mundo que hay pruebas de las hazañas forjadas.
Al fondo, como parte central y secundaria a la vez, Giovanni camina hacia la cumbre del volcán Cerro Quemado en Xela. Digo que es parte central y secundaria, porque es más notorio el camino que él, así, el camino se vuelve la parte central de la composición. Querrámoslo o no, es por los caminos y por sus curvas y vericuetos que salimos a pataperrear, a buscar sueños donde otros los han encontrado. A la izquierda de la foto, casi en el borde, está la espalda de Edgar, que, como en todas las salidas que hemos tenido hasta hoy, se retrasa en las partes fáciles y se vuelve un tractor en las partes difíciles, dando ánimos de seguir y lugar donde poner píe y motivos para asaltar la cumbre.
Giovanni lleva uno de sus bastones, ayuda para caminar en esas condiciones. Una fea fractura en una de sus piernas lo obligaba a usarlo (ahora se mueve muy bien sin él) y, para nosotros, el que nos acompañara era una excusa para tratar de darle ánimos y que poco a poco fuera saliendo de la situación de discapacidad que le aquejaba física y mentalmente. Si sus médicos supiesen de esas salidas nos hubieran tratado de irresponsables, pero eran gajes del oficio.
Hay otras fotos de ese tiempo, de esa salida en particular. Ya el tiempo me dejará ir ubicándolas en este sitio, para que mi memoria las busque en la memoria colectiva.
Al fondo, como parte central y secundaria a la vez, Giovanni camina hacia la cumbre del volcán Cerro Quemado en Xela. Digo que es parte central y secundaria, porque es más notorio el camino que él, así, el camino se vuelve la parte central de la composición. Querrámoslo o no, es por los caminos y por sus curvas y vericuetos que salimos a pataperrear, a buscar sueños donde otros los han encontrado. A la izquierda de la foto, casi en el borde, está la espalda de Edgar, que, como en todas las salidas que hemos tenido hasta hoy, se retrasa en las partes fáciles y se vuelve un tractor en las partes difíciles, dando ánimos de seguir y lugar donde poner píe y motivos para asaltar la cumbre.
Giovanni lleva uno de sus bastones, ayuda para caminar en esas condiciones. Una fea fractura en una de sus piernas lo obligaba a usarlo (ahora se mueve muy bien sin él) y, para nosotros, el que nos acompañara era una excusa para tratar de darle ánimos y que poco a poco fuera saliendo de la situación de discapacidad que le aquejaba física y mentalmente. Si sus médicos supiesen de esas salidas nos hubieran tratado de irresponsables, pero eran gajes del oficio.
Hay otras fotos de ese tiempo, de esa salida en particular. Ya el tiempo me dejará ir ubicándolas en este sitio, para que mi memoria las busque en la memoria colectiva.
sábado, 26 de mayo de 2007
Postdata a Camino 3
En la entrada de la iglesia de Santa María del Pi en Barcelona...
A ellos dos les debo una nostalgia nueva y agradecida, a ellos dos les debo estar entero y caminando otra y otra vez luego de ese viaje. Con cariño y paciencia me hicieron parte de su familia Catalana y Guatemalteca. Con alegría me recibieron en su casa y compartimos pan, café, vino y zumo de frutas de la cope. Con sus sonrisas anchas convirtieron en un sueño fatuo mi ya famosa tendencia de sentirme desarraigado. Porque con ellos no hay desarraigo, porque con ellos no hay nostalgia vana, porque con ellos hay amigos más que siento y quiero hoy, ahora, acá.
Germán y Pati: Pati y Germán. Mi hermano y mi cuñada: mi hermana y mi cuñado.
A ellos dos les debo una nostalgia nueva y agradecida, a ellos dos les debo estar entero y caminando otra y otra vez luego de ese viaje. Con cariño y paciencia me hicieron parte de su familia Catalana y Guatemalteca. Con alegría me recibieron en su casa y compartimos pan, café, vino y zumo de frutas de la cope. Con sus sonrisas anchas convirtieron en un sueño fatuo mi ya famosa tendencia de sentirme desarraigado. Porque con ellos no hay desarraigo, porque con ellos no hay nostalgia vana, porque con ellos hay amigos más que siento y quiero hoy, ahora, acá.
Germán y Pati: Pati y Germán. Mi hermano y mi cuñada: mi hermana y mi cuñado.
Camino 3
En la plaza Felipe Neri de Barcelona...
¿Qué decir?
Era mi último día en esas tierras y creo que mi mirada acentuaba eso.. eso y las nostalgias viejas y nuevas que se me venían encima como balas.
Ese muro, en el cual estoy recostado, no está carcomido por el paso del tiempo. Allí, en esa plaza, frente a ese muro de la iglesia, durante la guerra civil española, fusilaron a muchos...
...y yo esperaba la ráfaga que el tiempo y la distancia me tenían preparada.
Salto temporal 4
No puedo decir que parece que fue ayer... porque no lo fue. Esta foto fue tomada con la Zenith que les conté. Yo la tomé. En un árbol, en las laderas de Kumarkaj, en Santa Cruz del Quiché: Roberto y Edgar (el primero de los mencionados saltó del árbol unos minutos después para que probáramos la velocidad más alta de obturación de la cámara!!!). Esta sálida me valió perder el séptimo día de paga de aquel trabajucho que solía tener en una agencia de publicidad...
Pero valió la pena, porque la salida tenía como objetivo, entre otras cosas, celebrar el cumpleaños de Edgar... ¡y vaya que lo hicimos..! Madrugada de whisky con jugo de naranja y un pequeño escándalo en la casa de los tíos evangélicos de Roberto...
Esa sálida tiene como himno: "...favor no se moleste... que pronto me estoy yendo... no vine a perturbarlos y menos a ofenderlos..." y como canto de guerra: "hablando de mujeres y traiciones se fueron consumiendo las botellas..."
Y tres bicicletas y muchos caminos que, verdaderamente, ya no existen.
Pero valió la pena, porque la salida tenía como objetivo, entre otras cosas, celebrar el cumpleaños de Edgar... ¡y vaya que lo hicimos..! Madrugada de whisky con jugo de naranja y un pequeño escándalo en la casa de los tíos evangélicos de Roberto...
Esa sálida tiene como himno: "...favor no se moleste... que pronto me estoy yendo... no vine a perturbarlos y menos a ofenderlos..." y como canto de guerra: "hablando de mujeres y traiciones se fueron consumiendo las botellas..."
Y tres bicicletas y muchos caminos que, verdaderamente, ya no existen.
viernes, 25 de mayo de 2007
Postdata a Salto temporal 3
Las fotos que presento fueron tomadas con una cámara que no tenía flash ni un lente normal... era una Zenith de fabricacón soviética, de cinco velocidades de obturación, la cual compramos a minchas con mi hermano Oscar... venía con un lente zoom que no podía graduarse para hacer close ups... muchas desventajas, pero pueden imaginarse el entusiasmo que provocaba tener a la mano una verdadera reflex para esas andanzas por la montaña... a ella le debemos muchas de estas fotos y rogamos por su descanso eterno...
Entonces... esta foto y la anterior, originalmente están tomadas desde bastante lejos... con el disparo automático de la cámara... Roberto era quien la ajustaba y luego tenía que correr diez o quince metros hasta su posición para salir en la foto. Ahora las puedo mostrar en un intento de restauración digital. La primera estaba muy pálida (producto de una mala escogencia de diafragma en el lente) y la segunda muy oscura (producto de una mala escogencia de luz... era el atardecer y teniamos la luz a la espalda y sin flash... que de todas maneras hubiera sido inutil a tan larga distancia). Entiéndase que son detalles de las fotos... en las originales se da mucha importancia al entorno... pero acá quiero que se vean, o por lo menos se distingan, los rostros de los implicados en este asalto al pasado.
Entonces... esta foto y la anterior, originalmente están tomadas desde bastante lejos... con el disparo automático de la cámara... Roberto era quien la ajustaba y luego tenía que correr diez o quince metros hasta su posición para salir en la foto. Ahora las puedo mostrar en un intento de restauración digital. La primera estaba muy pálida (producto de una mala escogencia de diafragma en el lente) y la segunda muy oscura (producto de una mala escogencia de luz... era el atardecer y teniamos la luz a la espalda y sin flash... que de todas maneras hubiera sido inutil a tan larga distancia). Entiéndase que son detalles de las fotos... en las originales se da mucha importancia al entorno... pero acá quiero que se vean, o por lo menos se distingan, los rostros de los implicados en este asalto al pasado.
Salto temporal 3
Frente a esa playa ha pasado la historia. Playa lacustre. Reino del todavía. En aquel tiempo eramos un grupito que trataba de sumar amigos y amigas para compartir esa experiencia de subir volcanes. Esa vez no era la excepción. Mario nos presentó a sus amigas y las sumamos a esa travesía que, originalmete, estaba planificada para llevarnos al Volcán Santa María, en Xela.
¿Cuál artificio nos hizo convertir nuestro periplo en una carrera por etapas? Esa tarde paramos en Panajachel...
Buscamos hotel para quedarnos, descansamos... cenamos (o mejor dicho, comimos algo) en la playa pública de Pana... esa noche tembló muy fuerte coincidiendo con el momento cuando nosotros estabamos a orillas del lago... al día siguiente partimos hacia Xela... y la historia es tan distinta a partir de este hecho que narro, que no guardo ninguna foto de ese intento de ascenso, de esa segunda etapa del periplo...
¿Cómo se llamaban ellas? No recuerdo.
¿Cómo se llaman ellos? Edgar, Giovanni, Roberto, Mario y Daniel... los originales de las coladas a los volcanes. Los -anteriormente- dueños de sus circunstancias.
¿Cuál artificio nos hizo convertir nuestro periplo en una carrera por etapas? Esa tarde paramos en Panajachel...
Buscamos hotel para quedarnos, descansamos... cenamos (o mejor dicho, comimos algo) en la playa pública de Pana... esa noche tembló muy fuerte coincidiendo con el momento cuando nosotros estabamos a orillas del lago... al día siguiente partimos hacia Xela... y la historia es tan distinta a partir de este hecho que narro, que no guardo ninguna foto de ese intento de ascenso, de esa segunda etapa del periplo...
¿Cómo se llamaban ellas? No recuerdo.
¿Cómo se llaman ellos? Edgar, Giovanni, Roberto, Mario y Daniel... los originales de las coladas a los volcanes. Los -anteriormente- dueños de sus circunstancias.
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